Lo que prueban los registros. Aunque parezca extraño en nuestros días, en la era de internet y de la información por doquier, muchos kobudoka, adeptos al Karate y al Kobudo propios de Okinawa, siguen pensando que el armamento del Kobudo procede en su mayoría de utensilios agrícolas que los campesinos usaron para defenderse de los temidos samurái de Satsuma. De la misma forma, que la tendencia generalizada en este aspecto, es pensar que los orígenes del Karate se encuentran en China. Gran parte de estas hipótesis tan erróneas, por falta de registros oficiales, como partidistas y parciales, fueron promovidas dentro de las mismas escuelas de Karate y Kobudo okinawense. En parte por un desconocimiento importante sobre los orígenes del armamento característico de quienes lo promovieron y difundieron por el mundo. Y, por otro lado, gracias a las desinformaciones procedentes de algunos textos publicados entre los años 20 y 50 del pasado siglo XX, con poca o ninguna rigurosidad histórica.
Los orígenes marciales de las Ryukyu
Hoy en día, gracias a algunos investigadores actuales, historiadores y antropólogos (algunos de ellos serán citados en este artículo), gran parte de los registros y las referencias escritas sobre los posibles orígenes marciales de las Ryukyu van saliendo tímidamente a la luz. Tengan presente que mucha información escrita en documentos y registros antiguos fue perdida en varios episodios de la historia de Okinawa, como en el incendio del castillo de Shuri de 1660 o en los incendios y la destrucción sufrida durante la batalla de Okinawa en 1945, si bien otros varios registros fueron trasladados o llevados a otro lugar por las familias que emigraron tras la guerra.
Según Motobu Naoki (Nota 1), actual Shihan de Motobu-ryū y Motobu Udundī, las artes marciales japonesas que prevalecieron en Ryukyu en los siglos XVI y XVII procedentes del clan Satsuma, fueron reemplazadas gradualmente por las artes marciales chinas después del siglo XVIII. De hecho, si bien existen registros de la introducción de las artes marciales japonesas en Ryukyu en los siglos XVI y XVII, no existen registros de la introducción de las artes marciales chinas. El registro más antiguo, por tanto, de la introducción de artes marciales chinas en Ryukyu es la escritura del Ōshima Hikki de 1762, que describe la llegada de Kōshōkun (Kūsankū) a mediados del siglo XVIII. Ya que no podemos tomar como introducción de artes marciales chinas la llegada de las 36 familias a Ryukyu en 1392, pues no existen registros históricos que respalden esta teoría.
Los Registros de la misión a Ryukyu
Algunos de esos registros de los siglos XVI y XVII sobre la introducción de las artes marciales japonesas en Ryukyu, según la investigación de Motobu Naoki, comienzan con el “Anexo resumido a los Registros de la misión a Ryukyu” dicho anexo fue un agregado a un registro anterior en 1579 por Xie Jie, quien llegó a Ryukyu como enviado adjunto de Xiao Chongye, para la entronización del sexto rey Shō Ei, quien reinó desde 1573 hasta 1588. En dicho registro se describe que eran los japoneses los que enseñaban caligrafía y artes marciales al pueblo de Ryukyu. También en las “Notas sobre Japón, Oriente, Comercio y Mercados” escritas por Xie Jie y añadidas a los “Registros de la misión a Ryukyu” en 1606, ya se describe a los japoneses como claramente superiores a los chinos en las artes de la guerra en cuanto a valentía y habilidades.
Los registros de Zhongshan
Posteriormente, en el “Resumen de los registros de Zhongshan” escrito por Zhang Xueli en 1663, a su regreso a China, durante la dinastía Qing, tras su estancia como enviado diplomático durante el reinado del rey Shō Shitsu, quien reinó desde 1648 hasta 1668, y donde se describen las costumbres y la vestimenta de los samurái de Ryukyu (samurē en el dialecto de Okinawa). Según se describe en ese momento, todos los samurái de alto rango portaban una o dos espadas cortas a cada lado del cinturón.
Las armas de la clase samurái aristocrática
Según la Motobu ryu [www.motobu-ryu.org], durante el periodo del Reino de Ryukyu la espada, la lanza, el arco o la naginata eran propias de la clase samurái aristocrática (udun o tunchi). Los miembros de rango inferior de la clase militar no portaban armas afiladas. El bō, el sai o la equitación (ba-jutsu), también formaban parte de las disciplinas marciales de los samurái de Ryukyu, muy similares a las tradiciones guerreras de los samurái de Hondo (Japón). De hecho, Motobu Choki en su obra Watashi no karate-jutsu nombra algunos de los expertos marciales en estas disciplinas, posteriores incluso la restauración Meiji.
Según se describe en el registro Chūzan denshinroku, del siglo XVIII, cuando el jefe de una familia udun o tunchi iba al castillo de Shuri, era acompañado por un contingente de guardias que contaban desde los diez a los doce hombres armados con lanzas y espadas. Entre esta guardia, la distribución de armas estaba estrictamente determinada por el rango. Además, se sabe que durante el Reino de Ryukyu, la monarquía otorgó espadas honoríficas a todos los señores feudales o jefes de distrito, al igual que a todos los miembros del rango tunchi, al asumir puestos en el ministerio del gobierno.
Incluso después de que Ryukyu cayera ante las fuerzas de Satsuma en la invasión de 1609, a los miembros de la aristocrática udun y tunchi se les permitió poseer armas de filo. En la época del Reino de Ryukyu, estos rangos contaban con aproximadamente 360 hogares, o un poco menos del 2% de los aproximadamente 20.000 hogares de toda la clase militar.
Por tanto, el uso de armas clásicas del armamento samurái como el tachi o el yumi (sable y arco), fueron armas utilizadas por los Yukatchu (samurē) de Ryukyu. Los Yukatchu eran la clase de funcionarios y eruditos feudales que estaban encargados de hacer cumplir la ley y proporcionar defensa militar a la nación. La clase Yukatchu (posteriormente conocida como Shizoku) también fue responsable del desarrollo y el entrenamiento en el estilo de lucha tradicional sin armas, llamado Ti (Te), manteniendo en secreto dichas técnicas de lucha y la posesión de sus armas, que se mantenían como elementos ceremoniales de las familias.
Un arte de lucha llamado kumite
Según el antropólogo cultural Koei Nohara (también Hanshi de karate), quien realizó unos estudios sobre el Omoro Sōshi, una recopilación de poemas antiguos y canciones de Okinawa y las Islas Amami, recogidas en 22 volúmenes y compilado entre 1532 y 1623, se encuentran referencias de un arte de lucha llamado kumite. Por tanto, esto demuestra que podría ser el origen de lo que se conoció como Uchina-Di y que más tarde derivaría en el sistema de Karate Shorin ryū. A diferencia de las influencias que otras escuelas y maestros recibieran de los sistemas chinos durante el siglo XVIII, podemos confirmar que hubo sistemas provenientes de China, pero no fueron precisamente el origen del Karate.
Según Toshihiro Oshiro, historiador y maestro de las artes marciales de Okinawa: <<Hay más documentación de que en 1613 el clan Satsuma emitió permisos para que Ryukyu samurē viajaran con sus espadas personales (tachi y wakizashi) a los herreros y pulidores en Kagushima, Japón, para su mantenimiento y reparación. De la emisión de estos permisos, es lógico inferir que hubo restricciones para que Ryukyu samurē llevaran sus armas en público, pero también es una clara evidencia de que estas armas no fueron confiscadas por los Satsuma>>.
Conclusión
Desde un prisma objetivo y para ser más fieles a la historia, sobre todo a aquella escasamente documentada, como es el caso del origen de las artes marciales propias de Ryukyu, diremos que las artes de guerra, llamadas bujutsu en Japón, nunca estuvieron en posesión, ni fueron herencia del pueblo llano. Desde los Kshatriya (la casta gobernante y guerrera hindú), hasta los nobles Maestros de la excepcional y científica esgrima española (llamada Verdadera Destreza) y que formó a aquellas huestes de tercios españoles que conquistaron medio mundo. Casi mil años de historia de la casta samurái, dejaron huella en los diferentes estratos sociales, en las historias y las leyendas que los japoneses tan dados son a mezclar, excepcionalmente hábiles en transmitir todo tipo de leyendas apócrifas y llevar a sus personajes históricos a la realidad, coloreando el mito con un aura de romanticismo heroico. Ryukyu, tampoco fue una excepción, una región tan escasa de recursos como reducida de tamaño, donde nunca hubo grandes ejércitos que recurrieran a la utilización de ashigaru (soldados rasos milicianos) y donde la clase shizoku (noble y guerrera) prevalecía con sus distintos rangos, las artes militares (bujutsu) nunca estuvieron en posesión del pueblo, ya que, no podemos considerar que del simple hecho excepcional de la utilización de un utensilio agrícola como arma utilizada en un caso de puro instinto de supervivencia si se veían atacados, como pueda ser un remo, una hoz, un azadón o un mayal, derivase subyacente un sistema de lucha civil. Igual que no consideramos “arte marcial” cuando aquellos primeros homo sapiens cogieron un palo para intimidar o defenderse de un adversario, de la misma forma no puede considerarse sistema marcial al uso excepcional de una herramienta agrícola sin estar pensado para el uso de la defensa civil o la formación de la milicia y menos sin estar estructurada su enseñanza y codificada una tradición marcial. Y no olvidemos que la enseñanza del kobudo propio de Ryukyu como estilo estético concreto en Okinawa y en Japón, comienza a estructurarse y a desarrollarse en base a unos programas de enseñanza durante las décadas de los 70, 80 y 90. Antes de eso, el kobujutsu no fue más que la transmisión de unos patrones establecidos (kata) y a veces ni eso, derivados de secciones populares representadas en los matsuri locales y que en un intento de conservación y agrupación de las diferentes costumbres y prácticas culturales en los años 60, la década de aquellas primeras asociaciones marciales en Okinawa, fueron establecidas como tradiciones marciales (jutsu).
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Citando al científico y Maestro de antigua esgrima española (madre de las principales ciencias esgrimísticas europeas), el Doctor ucraniano Oleg Maltsev en su estudio Lightning rod that strikes faster tan lightning itself: <<Sin embargo, al mismo tiempo, el estilo napolitano de esgrima no era público, era un estilo secreto, especialmente para los plebeyos, porque se considera que este arte militar tiene propósitos puramente nobles […] Para un noble de sangre azul, la esgrima fue la primera ciencia que conoció a la edad de tres o cuatro años; para un campesino y plebeyo la habilidad de manejar cualquier arma blanca o incluso medios improvisados permitía “permanecer más tiempo” en el planeta Tierra>>.
EL VERDADERO KOBUJUTSU DE RYUKYU (Parte I)
Nota 1. Toda la información relatada a cerca de las investigaciones de Motobu Naoki pueden encontrarse en su blog: https://ameblo.jp/motoburyu
Autor: Sensei Víctor López Megía
Rokkudan Karate Kobujutsu Senkikan
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