Las tradiciones orientales como hinduismo y budismo que practican meditación adhieren a las creencias esotéricas de la era medieval sobre fisiología y centros psíquicos. La creencia sostiene que la vida humana existe simultáneamente en dos dimensiones paralelas, una «cuerpo físico» y otra «psicológica, emocional, mental, no física» a la que se identifica como «cuerpo sutil». Ese cuerpo sutil es energía, mientras que el cuerpo físico es masa.
Los componentes físico (cuerpo) y psíquico (mente) se complementan e interactúan y se afectan mutuamente. En esa sinergia, el cuerpo sutil consta de canales de energía conectados por nodos de energía psíquica llamados chakras.
Los chakras importantes se indican en los textos hindúes y budistas que se alinean en una columna a lo largo de la médula espinal, desde su base hasta la parte superior de la cabeza, conectados por canales verticales. Desde las tradiciones ancestrales, se busca dominarlos, despertarlos y energizarlos a través de diversos ejercicios de respiración o con la ayuda de un guía.
Chakra es una palabra en sánscrito que significa “rueda”, en referencia a los centros energéticos situados en nuestro cuerpo. La documentación más antigua habla de cuatro chakras, aunque con el tempo se fueron agregando más. Actualmente, la mayoría de las prácticas reconocen siete chakras. Sin embargo, algunas líneas de pensamiento consideran que en realidad hay nueve. Aquí nos enfocaremos en las siete más conocidas.
Los chakras son nodos de nuestra conciencia que interaccionan con el cuerpo físico a través de dos vehículos principales: el sistema endocrino y el sistema nervioso. Ellos unen los distintos aspectos tanto de nuestro ser físico, emocional, mental, social y espiritual.
El sistema de chakras se sitúa de manera sutil a lo largo de nuestra columna vertebral, abarcando desde el coxis o base de la columna hasta la coronilla de la cabeza. Cada chakra se refiere a un aspecto diferente de la vida, por lo que mantenerlos balanceados sugiere la posibilidad de mantenernos saludables y con un nivel alto de bienestar.
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Estos son los principales chakras:
CHAKRA RAÍZ: está en la base de la columna vertebral en el sacro, es el fundamento de todo el sistema. Es el centro de la conexión con la tierra. Se relaciona con nuestras necesidades básicas, nuestras sensaciones de seguridad y supervivencia. Color: rojo.
CHAKRA SEXUAL: Está muy cerca del ombligo. Es el centro de la vitalidad y la sensación y nos hace pasar de nuestras necesidades básicas a nuestras necesidades de socialización. Se relaciona directamente con la parte sexual del ser humano. Color: naranja.
CHAKRA PLEXO SOLAR: Se ubica en el plexo solar superior al ombligo, que es donde establecemos nuestra identidad y lo que queremos hacer con nuestra vida. Es centro de motivaciones, mediante el cual se establece nuestras intenciones. Las sensaciones de este chakra se sienten en el intestino. Color: amarillo.
CHAKRA CARDÍACO: Está en el centro del pecho. Es el centro de la simpatía, la empatía, el perdón, la gratitud y el amor. En este centro no hay resistencias, todo fluye desde el amor y con amor. Color: verde.
CHAKRA GARGANTA: Se lo ubica en el centro de la garganta. Este es nuestro centro de expresión y comunicación. Color: celeste.
CHAKRA DEL TERCER OJO: Se ubica en la cabeza, entre las cejas. Es el centro de la imaginación, la intuición, la visión y la percepción. Color: índigo.
CHAKRA CORONA: Está en la parte superior de la cabeza. Se relaciona con la sabiduría y la iluminación. El séptimo chakra, a veces llamado el “Chakra Maestro”, trae un propósito y significado para los demás chakras. Color: púrpura o fucsia.
En esta ocasión te invitamos a una meditación para energizar y balancear los chakras mediante una práctica que propone convertir a nuestro cuerpo en un canal para la fusión de las energías terrenal y celestial. La intención es utilizar nuestros centros energéticos para potenciar la luz de lo material y lo inmaterial, para preservar nuestra salud, expandir nuestra vibración y contribuir al desarrollo de aquello y aquellos que son parte de nuestro entorno.
Autor: Alejandro Garay
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