“Del estrés a la felicidad”, el documental que puede transformar tu vida. El documental que se puede ver en Netflix muestra la visita de un monje budista al cerro El Chaltén, en la Patagonia argentina. Ello sirve de contexto para una serie de reflexiones que responden a grandes interrogantes existenciales que encara en tiempos modernos la humanidad, encarnados en la figura del productor y director Alejandro De Gracia, quien sirve de interlocutor del monje, que no es un monje cualquiera sino Matthew Ricard.
Matthieu Ricard además es biólogo y fotógrafo. Hace varios años fue objeto de un estudio neurocientífico en el que determinaron su capacidad de establecer durante la meditación una profunda sensación de serenidad y plenitud, dos componentes esenciales del bienestar. Por eso se le adjudicó el rótulo de ser el hombre más feliz del planeta.
En 57 minutos, el documental trata de ofrecer una imposible sesión acelerada y resumida de life coaching con planteos de preguntas que en miles de años la humanidad aún está tratando de responder como: ¿Cuál es el propósito de la vida? y ¿Cómo alcanzamos la felicidad?
No obstante, si se mira atentamente, esos 57 minutos pueden resultar altamente transformadores porque en el medio de un relato simple, imágenes hermosas de la geografía argentina, una selección musical acertada y a pesar de la incomodidad de la traducción, hay conceptos potentes que si se indagan y aplican pueden definir el contenido y el resultado de una vida.
Hay una analogía simple y poderosa que Matthew Ricard menciona al comienzo, la de la dirección de “los primeros pasos” como una clave para determinar hacia dónde se dirige uno, a qué destino apunta. Sin embargo, para mí la expresión más significativa del documental sale de las palabras del hermano David Steindl-Rast, un monje benedictino americano que también fue parte de la excursión patagónica.
¿Cuál es el propósito de la vida?, le pregunta De Gracia. A lo que Steindl-Rast responde: “Vivir”. Una simpleza y obviedad altamente ignorada y travestida a menudo en la recopilación de vanidades plagadas egocentrismo a la máxima expresión a la que la comunidad global rinde culto. Y así nos va…Vivir implica -como lo explica Steindl-Rast- valorar la oportunidad de experimentar la vida por sobre todas las cosas, reconocer el privilegio de tener esta experiencia y, como consecuencia, honrarla. Sugiere para ello “parar de vivir mecánicamente y responder orgánicamente”. En otras palabras, apagar el piloto automático y estar presente en nuestras elecciones. Y también recomienda cada día renovar la “confianza en la vida” que se nos ha dado.
Por su parte, Ricard brinda su punto de vista sobre el monólogo constante que viene de una mente comparable a un mono hiperactivo, agitada por la ansiedad, los miedos y las fobias. “Hay que hacerse amigo del mono”, dice. Y en ese propósito la meditación es una herramienta fundamental que provee el espacio para aquietar la mente y combatir el sufrimiento que esas emociones ocasionan.
El sufrimiento -agrega Ricard- tiene su raíz en engaños que otorga el poder a agentes externos como la fama, las apariencias y las posesiones para determinar nuestro valor como personas. En ese entorno, se propaga la envidia, el enojo, el odio, el orgullo, los celos y los antojos que devienen en sufrimiento.
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¿Cuál es el antídoto a todo eso? Ricard propone reflexionar sobre las causas y enuncia una serie de preguntas poderosas que debemos hacernos:
– ¿Cómo puedo utilizar mi vida de la mejor manera posible?
– ¿Qué tipo de pensamientos, palabras y acciones le darían sentido a mi vida?
– ¿Cuáles son las ambiciones, aspiraciones y preocupaciones que solo me harán perder el tiempo?
– ¿Cómo puedo usar mejor el tiempo?
Sobre esto aclara “no es que nos falte tiempo, sino que perdemos mucho tiempo”.
Un tema constante en el documental es el uso de la meditación como una herramienta fundamental para recuperar el control de nuestras vidas de las manos de la superficialidad moderna. La meditación es el campo donde se cultiva la auto aceptación y la compasión. Pero es importante hacerlo con un corazón franco, con una intención genuina de desarrollar esas cualidades que últimamente nos proveen paz interior, libertad y amor incondicional para uno mismo y para con los demás.
“Se logra con la práctica, hasta que se vuelva parte de ti”, subraya el monje.
“No esperemos dejar la mente en blanco porque eso no es posible”, agrega Ricard. “La mente va a deambular y en un momento nos daremos cuenta de que estamos perdidos. De eso se trata: cuando nos sintamos perdidos, volvamos a donde comenzamos y empezamos una vez más”.
Y en la vida misma, el documental invita a aplicar igual principio: “Cuando nos sintamos perdidos, volvamos a donde comenzamos y empezamos una vez más”.
Mantra “Lokah Samastah”
“Que todos los seres sean felices y libres. Y que los pensamientos, palabras y acciones de mi propia vida contribuyan de alguna manera a la felicidad y a la libertad de todos”.
Autor: Alejandro Garay – Coach Ontológico
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