Carlos Alfaro comenzó a practicar karate en plena adolescencia, cuando tenía 15 años de edad en la escuela japonesa de su Chile natal. Antes conocer a Hidetaka Nishiyama, quien marcaría de por vida su camino, se gradúa de 1ºDan con Takamatsu Sensei.
Conocer al legendario Nishiyama Sensei en su plenitud, cambiaría su visión sobre el karate y también su vida, ese primer viaje desde Chile a San Diego (California – EEUU) lo haría repensar todo lo hecho hasta el momento.
La impronta de Nishiyama Sensei, era tan potente que había quedado deslumbrado, fue entonces cuando decidió sacarse el cinturón negro, ponerse el blanco y volver a empezar.
Con ese espíritu shoshin Carlos Alfaro comienza a reescribir su historia al lado de Hidetaka Nishiyama quien fuera su maestro y su norte.
Hidetaka Nishiyama
Hidetaka Nishiyama (10 de octubre de 1928 – 7 de noviembre de 2008) fue uno de los últimos estudiantes de Gichin Funakoshi, fundador del karate Shotokan.
Comenzó a aprender kendo en 1933 y judo en 1938. Recordando el comienzo de su entrenamiento en artes marciales, Nishiyama dijo: «Comencé, como es costumbre en Japón, el quinto día del quinto mes a la edad de cinco años. en kendo «. Su instructor de kendo, Moorio Mochida, tuvo una influencia fuerte y duradera en el desarrollo de los jóvenes en las artes marciales. Para cuando Nishiyama cumplió los 14 años, había alcanzado el estatus de cinturón negro en judo. En 1943, Nishiyama fue ascendido al rango de 1er dan en kendo (alcanzaría el 3er dan en ese arte) y comenzó a entrenar en karate Shotokan en el dojo de Gichin Funakoshi.
El 3 de noviembre de 2000, el Emperador de Japón le otorgó la Orden del Tesoro Sagrado en una ceremonia en los terrenos del Palacio Imperial de Tokio.
Estuvo radicado en los Estados Unidos de América desde 1961 hasta su muerte en 2008.
El 10 de octubre de 2009, la ITKF otorgó póstumamente el rango de décimo dan a Nishiyama; su hija Nami aceptó el honor en su nombre. El presidente de la ITKF, Richard Jorgensen, recordó: «Nishiyama nunca quiso alcanzar el nivel del décimo Dan porque creía que adquirir el rango más alto significaba que su aprendizaje y su vida terminarían».
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