En los inicios de las sociedades primitivas la instrucción de los niños y jóvenes era ejercida por la familia, la aldea o tribu, sus contenidos eran la adquisición de habilidades para la supervivencia, la subsistencia y la defensa del poblado. Dichas habilidades eran transmitidas por los ancianos, tales como trepar, correr, saltar, la pesca y la caza; como así también la lucha tomada de la observación de cachorros de animales que juegan para desarrollar fuerza en la lucha con un oponente. La importancia de lo físico en la instrucción primitiva servía a los fines comunitarios de la aldea o tribu, para los “ritos de tránsito” que sirven para señalar el paso de la pubertad a la madurez en “rituales religiosos” además de veneración a deidades y suplicas de protección con fines para la defensa colectiva.
Marcial o militar
En las sociedades primitivas la práctica de lucha cuerpo a cuerpo o con implementos, tuvieron un inicio de defensa o enfrentamiento entre aldeas o tribus sin la interpretación de militar; debido a que no se poseía la idea de milicia o guerra.
La Real Academia Española da la siguiente definición de marcial: Perteneciente o relativo a la guerra, la milicia o los militares. De hecho, la palabra marcial deriva del latín martialis que representa a Marte, el dios de la guerra.
La idea de marcial o militar en la formación tiene inicio en la antigua Esparta, donde los niños a los 9 años de edad eran separados de su familia para la instrucción militar con el objetivo de formar guerreros en las fuerzas de defensa de sus territorios o invasión a otras comarcas. El modelo espartano fue llevado al mundo romano, produciendo una versión profesional en las luchas con los gladiadores. Esta idea se proyecto bajo la deidad de “Marte dios de la guerra”.
El termino Arte Marcial fue acuñado en occidente por EE UU posterior a la segunda guerra mundial al observar las disciplinas orientales de lucha a manos libres o con armas. Dicha idea se extendió bajo el pensamiento militar americano al no encontrar parangón a los términos bujutsu y budo. Siendo lógico asociar la idea occidental romana de “Martialis, marcialidad, militar” en la formación de civiles como reserva instruida.
En la actualidad, podemos corroborar la multiplicidad de disciplinas consideradas artes marciales, que no dejan de ser civiles en sus entrenamientos y objetivos. Todas ellas forman al individuo verticalmente en el esfuerzo colectivo, respeto al de mayor jerarquía, al prójimo, a los progenitores, a la naturaleza, la vida. Los instructores y maestros debemos ayudar en la formación física y moral de los niños y jóvenes en concordancia con los valores de sus familias y comunidad.
Definiciones
En la actualidad lo que inculcan las artes marciales son valoradas en todas las sociedades del mundo, porque han demostrado su cuantioso valor en la formación de los individuos. Todo progenitor que busca una formación de sus hijos/as no cataloga las artes marciales como formación militar, sino como formación civil con el objetivo de formar un ciudadano y no un soldado.
Las artes marciales no son artes militares, estas últimas tiene el objetivo de formación para la guerra, y las primeras son formación ciudadana “Un buen ciudadano para una mejor sociedad”.
Autor: Sensei Héctor Esteban Maroli
Historiador y docente en: Historia de las artes marciales y deportes de combate en la Diplomatura en deportes de combate del Instituto Universitario YMCA.
9º Dan – Hanshi Seishinkan Karate & Kobudo Soke
Federación Argentina Karate & Kobudo Okinawense
Okinawa Karate kobudo Seishinkan
Técnico Deportivo en Karate egresado Universidad Nacional de Lomas de Zamora
Director del Okinawa Karate Kobudo Dendoshakai
Historiador e Investigador del Karate y Kobudo.
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