Describiendo en líneas básicas lo que es el makiwara, diríamos que es una herramienta de entrenamiento típica del karate Budo tradicional. Podemos presentarla como una tabla anclada al suelo y de alturas variables, cubierta y/o almohadillada en su parte superior por elementos abrasivos tales como la rafia, esparto y actualmente, para hacerla más personal, se le puede poner una funda de cuero grueso que se retira una vez concluida la sesión. La variación de sus elementos constructivos da a entender, pues, que se puede optar por recubrimiento más o menos blando en función del practicante. Estas variaciones del elemento de recubrimiento, así como el gran abanico de posibilidades en cuanto al tipo de madera utilizada y las medidas de esta, son lo que le proporcionará una capacidad de absorción-amortiguación determinada con variaciones bastante amplias en cuanto a dureza y absorción. Este es un primer punto importante ya que da lugar a un entrenamiento marcadamente progresivo, elemento esencial.
Es evidente que no se trata, pues, de dar puñetazos a una tabla. Podemos decir que el Makiwara transforma con el paso del tiempo una herramienta de uso diario (la mano, el pie, el codo, la muñeca, etc.) en un arma. A muchos, cuando escuchan la palabra makiwara, les viene a la mente una mano deforme, callosa y anquilosada, nada más lejos de la realidad. Es cierto que algunos practicantes han llevado este tipo de entrenamiento hasta extremos, pero no es el objetivo, solo una consecuencia. Lo recomendable es educar al puño para golpear sin ninguna protección adicional. Para esto, es necesario fortalecer las muñecas, endurecer la superficie de contacto o kentos (en el caso del tsuki), asimilar el correcto movimiento, así como habilitar técnicas de golpeo diferentes a las convencionales y más peligrosas en su ejecución.
Una compañera para toda la vida
Si nos situamos un poco en este tipo de entrenamientos, debemos reconocer que se trata de prácticas que van a abarcar prácticamente toda la vida del individuo, ya que exige un compromiso total en cuanto a su entrenamiento y asiduidad en aquellos cultores del verdadero Karate. «Antiguamente el entrenamiento del Ti original llevaba implícito el riesgo de la vida. Es evidente que hoy no existe tal riesgo, pero esto no significa que su naturaleza esencial haya cambiado» (Kenichi Sawai).
Pero, ¿qué beneficios puede aportar el entrenamiento del makiwara? Desde el punto de vista básico o mecánico, educa al individuo a sincronizar la respiración con el golpe/impacto y ayuda a reconocer este subconscientemente, preparándonos de forma mental. De esta forma, la contracción será prácticamente nula hasta el momento de la toma de contacto con el objetivo, ayudando pues a la relajación e intentando depurar una contracción muy selectiva. Otro beneficio importante es el de la educación de un atemi penetrante, es decir, capaz de causar daños en órganos internos. Poniendo el ejemplo de alguien en una pista de hielo que trata de empujar un obstáculo y que lógicamente se resbala, el makiwara educa de forma que la ligera contracción que se produce en el tandem en el momento del impacto ancla al individuo al suelo de forma instantánea, dándole gran poder de penetración y un retroceso nulo.
Es por esto la gran importancia que tiene que:
- Que la madera flexione entre 10 y 20 cm. al atemi en su parte superior.
- Que el eje central del cuerpo no se encuentre alineado con el makiwara.
Se dice que un makiwara construido de forma idónea representa la misma resistencia y dureza del cráneo humano. Esto recuerda sin duda al trabajo del Tamashigiri del Iaido en el que de un solo tajo se seccionan bambúes enrollados en esterillas que según estos ofrecen la misma resistencia al corte que un torso humano.
En la teoría del enraizamiento, que es un tema de entrenamiento básico, vemos que en los entrenamientos más avanzados no se golpea jamás en forma estática. Se desplaza todo el cuerpo ejecutando diversos Tai sabaki y al final se golpea. Vemos en algunas líneas muy tradicionales de karate la ausencia absoluta de Hikite. Entonces comprobamos que se ejecutan un par de fuerzas, una contra el objetivo, y otra hacia el suelo.
El golpe y las articulaciones
La técnica de golpeo básica e instintiva del ser humano es el puño cerrado. Con la intención de compactar la mano, se cierra el puño como algo parecido a una maza. Esta es una técnica muy primitiva, es quizás la técnica que menos horas de trabajo requiere en su entrenamiento en el makiwara. De hecho, existen estilos de karate que prácticamente no utilizan el seiken (Uechi ryu). Pero una mano con los nudillos encallecidos, que ha perdido sensibilidad, puede ser muy adecuada para el combate real. Pero siempre recalco que no son los callos generados por la práctica el objetivo.
El makiwara educa formas de golpeo con mayor poder de penetración, capaz de transmitir la fuerza de impacto de forma óptima al objetivo, educando también trayectorias de golpeo no naturales con la intención de causar daños graves al oponente. Existe un ejemplo muy curioso en la naturaleza y son los gorilas. Si nos fijamos, caminan sobre la primera falange de la mano y en sus enfrentamientos también golpean con estas.
Cuando se lleva practicando este tipo de entrenamiento mucho tiempo, nos percatamos de que el grupo implicado en el atemi (puño, muñeca, codo, hombro) a medida que ganamos en potencia de impacto también debe ser protegido con ejercicios complementarios, y ahí entramos en el trabajo de hojo undo o desarrollo físico y la complejidad de los estiramientos. Estos protegen de forma óptima todas las articulaciones y previenen cualquier tipo de lesión articular. Son conocidas de sobra las gruesas muñecas de los asiduos a este método antiguo.
Degeneraciones óseas y articulares es un tema ampliamente tratado por los detractores. Debo decir que el hueso humano es un elemento vivo y que, por lo tanto, tiene la capacidad de adaptarse ante una nueva situación o estímulos externos. Es simplemente una cuestión de tiempo razonable. El problema se plantea cuando el individuo trabaja sin supervisión y golpea por encima de sus posibilidades.
Funakoshi, el detractor del Makiwara
Citando a Funakoshi, maestro del más célebre detractor del Makiwara y que curiosamente vivió 20 años más que este, dice así: Texto sacado del libro «Karate-do Nyumon» de Funakoshi pág. 56: «Los puños hinchados pueden sumergirse en agua fría para disminuir el dolor y reducir la inflamación, pero si se le resquebraja la piel, no podrá utilizar el makiwara durante una o dos semanas. Hay, por supuesto, algunos estudiantes de instituto y de universidad «muy valientes» a quienes no les gusta perder y que aprietan los dientes, ignorando la piel erosionada, y prosiguen golpeando el poste almohadillado hasta que se tiñe de sangre. Su espíritu es admirable, pero no sirve de gran ayuda lanzar golpes cada vez más débiles. A la larga, no tiene provecho». Este libro se publicó en 1943 hace 70 años, no hace tanto tiempo. Es decir, las modificaciones racionales del cuerpo deben dar tiempo suficiente a este para asimilarlas, «no hay atajos». Es, por tanto, cualquier intento de acortar el tiempo necesario lo que produce deterioro físico.
Podría citar 20 maestros que apoyan y practican de forma asidua e incluso transmiten de forma generacional a sus hijos esta práctica, pero estoy seguro de que aquel que tenga interés de forma imparcial los puede conseguir por sí solo. Está bien apoyar los propios criterios con la visión de algún maestro, pero obviar el resto es cuanto menos superficial.
El makiwara y la columna vertebral
Otro aspecto muy importante y que no me gustaría dejar de lado es la conexión que el makiwara puede tener con la columna vertebral en la práctica en el Karate, “el Kata”, método principalmente de trasmisión generacional en cuanto a teoría y práctica se refiere. En ellos podemos observar muy diferentes técnicas de atemi «que no se encuentran insertas solo por estética». Se debe ser capaz de ejecutarlas de forma efectiva. La práctica de los katas como ejercicio físico puede indicar cierto interés por las artes, pero no un serio compromiso.
En cuanto al aspecto marcial, existe en Iaido un ejercicio parecido, y este es el suburi. La cadencia repetitiva es incesante, de forma que el cuerpo asimila el gesto de forma natural. Esta repetición ayuda al principio a la sincronización con la respiración, pero en estadios superiores, la respiración deviene de forma natural al golpeo, normalizándose esta cada vez más sin necesidad de prestarle atención. Recuerdo a algún maestro que practicaba al makiwara escuchando música y al acabar la cara del disco le daba la vuelta y cambiaba de mano. Se empieza a practicar con naturalidad, sin crispación, sin el ego de dar cada vez más fuerte.
Debemos entender que, al igual que un bailarín de Ballet, se entrena para poder andar sobre la punta del dedo gordo del pie, cosa antinatural y que a ojos de un profano puede ser más o menos bello, más o menos útil, más o menos saludable para el pie, el makiwara es ni más ni menos que otra forma optativa de trascender, y que en la ejecución está para algunos su gran belleza.
Para terminar y a modo de resumen, citaré algunas de las precauciones a tener en cuenta:
- Se debe empezar con una madera muy flexible. Alguien dirá… mejor una dura y le doy despacio, no vale, al final siempre le acabas dando fuerte y el riesgo de lesión es importante.
- Correcta cadencia, al principio viene dada por el ritmo respiratorio.
- Ejercicios complementarios de fortalecimiento y elasticidad.
- Siempre se comienza con tsuki.
- Lo más importante al principio es la correcta trayectoria, la posición de los hombros y la colocación de la mano al final. La fuerza con que se golpea no tiene en absoluto trascendencia a este nivel.
- Si duele, se para y se consulta al instructor. Existen ejercicios de preparación al trabajo de Makiwara.
- Edad mínima 18 años, antes es contraindicado.
- Posiciones variadas, no rígidas. Lo contrario provocará en principiantes dolor lumbar.
- El eje sagital, línea central, no debe estar alineado con el makiwara. Se golpea en una primera etapa ligeramente por debajo del hombro y a 90º del plano frontal.
- Se puede y se debe trabajar en este método cualquier técnica que se pretenda emplear en una confrontación, de mano, de pie, etc. Es una buena forma de testarla. Cada técnica de mano tiene sus ejercicios propios de desarrollo y fortalecimiento para preparar el trabajo de endurecimiento.
- Es mejor elegir pocas técnicas y dominarlas, y que guarden alguna relación.
- Si eres diestro, practicar el doble con la izquierda, buscando la ambidiestralidad, aunque mi experiencia en Okinawa me dice que la izquierda agarra y la derecha pega… Usted decide.
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8º Dan Kobayashi ryu Kyudokan
Coordinador del Grupo internacional de Dojos Kyudo Mugen Kyudokan