Desde Berlín, en el marco del Taikai europeo, el maestro Ricardo Camani comparte con Mokuso una reflexión previa al Dojo Abierto que se llevará a cabo en Madrid el próximo 14 de junio, donde participará como exponente.
Quienes practicamos karate hemos aprendido diversas técnicas de defensa, de ataque, posturas y desplazamientos. Acompañan a estos aprendizajes básicos la práctica de distintas formas de enfrentamiento; poniendo en este caso énfasis en la distancia efectiva y el instante en que debe realizarse cada técnica. Todas estas prácticas (sorbe todo las de enfrentamiento) requieren que nuestra mente esté en total alerta y máxima concentración. Las repeticiones son tantas que terminamos haciéndolo todo de manera prácticamente automática.
Llega así un punto en el que por más que practiquemos no podremos mejorar los logros alcanzados, hemos llegado a nuestro máximo. Sólo nos queda como meta, tratar de mantener este nivel el mayor tiempo posible.
Para llegar a este punto, hemos entrenado al máximo nuestro físico acompañado, por supuesto, de un entrenamiento de nuestra mente. Sin descartar este concepto, surge una propuesta dirigida más a nuestro interior y a nuestra relación con el universo en general.Se trata de unir nuestra mente a nuestro cuerpo y considerarlo todo como una unidad energética. El centro de esta unidad lo ubicamos en el “Hara” a unos cuatro centímetros por debajo del ombligo. Es como si tuviéramos un nuevo cerebro, distinto del cerebro mental ubicado en el cráneo. Nuestra nueva meta será tratar de entrenar sin límites este nuevo centro energético o motor impulsor. La respiración y la postura pasan a tener papeles preponderantes. La práctica tanto del “zazen” (zen en posición sentada) como del zen en movimiento pasan a ser ahora nuestras herramientas fundamentales.
En el zazen, a través de la respiración iremos percibiendo nuestro nuevo centro energético como un hecho real y cómo integrado a nuestro ser se comunica con el universo que nos rodea.
En el caso del zen en movimiento, aprenderemos a realizar cada una de las técnicas con un cuerpo lo más relajado posible a excepción del instante en que la técnica llega a su fin, como si fuera un latigazo (kime). Al igual que en el zazen en este caso la respiración tiene un papel fundamental.
Con estas prácticas iremos percibiendo al universo de otra manera; será siempre a través del “Hara” que se convierte en un verdadero equilibrador de toda nuestra energía (incluyendo nuestras emociones). Como si se tratara de un muñeco que tiene un peso en su base, que por más que se trate de desequilibrar, siempre volverá a su posición de equilibrio.
Este enfoque no sólo es válido para la práctica de técnicas básicas (kihon) y kata sino que también pasa a ser fundamental en las técnicas de enfrentamiento. Se trata de practicar distintas formas de kumite percibiendo nuestra propia energía en relación con la del oponente; cuál es su zona de confort e invadirla. Se conoce esta forma de práctica como “Hara-gei”, el desarrollo de percepciones y sensaciones energéticas entre oponentes (siempre a través del hará).Obviamente, toda esta práctica es aplicable al cien por ciento en el caso de un enfrentamiento real o de defensa personal con la ventaja que no sufriremos la traicionera perturbación de nuestras emociones; podremos reaccionar con seguridad y de una manera más equilibrada.
Es importante mencionar que para estos casos es muchísimo más efectivo el practicar pocas técnicas (con las que uno más se identifique) e incorporarlas a nuestro ser como si formaran parte de uno mismo. Recuerden el famoso dicho “es mejor practicar una técnica mil veces que practicar mil técnicas una sola vez”.
En líneas generales lo anteriormente mencionado no es más que la demostración de que el karate y el zen van unidos en un mismo camino (ken-zen-ichi-nyo).Acompaña a este concepto fundamental algo que jamás debemos olvidar: No hay primer ataque en karate (karate-ni-sente-nashi).
De lograr la conjunción de “ken-zen-ichi-nyo” con “karate-ni-sente-nashi” a un buen nivel, podremos estar orgullosos de ser un karateca.
Matsubayashi-ryu España
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