En este artículo quiero compartir algunas experiencias personales y dos casos de superación personal que merecen ser contados.
Contra todo pronóstico
En los años 80 se acercó al Instituto donde funcionaba nuestro dojo de Karate Do Ketsugo, acompañado de sus padres, un joven de 15 años que tenía Parálisis Cerebral por hipoxia de nacimiento, la cual le afectaba notoriamente su motricidad, generándole inconvenientes de equilibrio, falta de motricidad fina, poca capacidad vital (el espirómetro no daba ni medio litro y dificultaba su oralidad). Este joven quería aprender Karate y hacer actividad física.
Los responsables del Instituto donde funcionaba nuestro dojo dialogaron sobre el tema y decidieron no admitirlo. Ante esta decisión, solicité entonces autorización para brindarle al joven clases personalizadas dos veces por semana, y así comenzamos. Durante seis meses y con la ayuda de un alumno avanzado fuimos buscando ejercicios que le permitieran asimilar las técnicas y las consignas que forman parte de nuestra práctica.
A partir de allí las clases se realizaron una vez por semana en forma personalizada y otra grupal, permitiendo una inclusión gradual y parcial. Al año la inclusión ya era total. Luego de varios años de práctica obtuvo su cinturón negro, primer dan. Pudo mejorar su capacidad respiratoria logrando comunicarse guturalmente, desarrolló mayor estabilidad en sus desplazamientos y coordinación técnica. Estos avances se dieron en todos los aspectos de su vida, se recibió como programador en computación, aprendió a andar en bicicleta, conducir un automóvil y además comenzó a trabajar en un comercio (lavadero de ropa automático) junto a sus padres.
Un ejemplo de vida
Juan Matías Díaz, sordo severo, se acercó a nuestro Dojo con 17 años y muchas ganas de aprender Karate. Juan siendo niño se cayó de la cama, lo que le ocasionó un fuerte golpe en la cabeza y una fiebre intensa. Ese inesperado accidente casero marcó la pérdida de su audición. Juan, de familia muy humilde, a los 11 años tuvo que salir a trabajar. Cuando inició Karate Do Ketsugo vendía golosinas en los ómnibus interurbanos en Córdoba. Su aprendizaje era por imitación, nunca había aprendido la Lengua de señas, y las señas que él manejaba eran las de la calle.
Pese a todo, sus ganas de superarse lo hicieron ser cada vez más detallista y poco a poco fue progresando en su práctica del karate, a tal punto que comenzó a interesarse por participar en eventos deportivos. Comenzó a competir con deportistas sin discapacidad y tuvo buenos resultados tanto en Kata como en Kumite.
En el 2006 establecemos contacto con la Confederación Argentina de Deportes para Sordos (Cades) quienes coordinan la actividad deportiva de las personas sordas en diferentes disciplinas y participan en las Sordolimpiadas (Juegos Olímpicos para Sordos desde 1924 y con reconocimiento del COI). En 2008 es invitado a participar en el Preolímpico en Taipéi, donde participan 13 países y obtiene medalla de oro. En 2009, en las Sordolimpiadas de Taipéi, es invitado por haber ganado en el Preolímpico y obtiene 4º puesto. En el 2012 participa en el Mundial de Sordos en Isla Margarita, Venezuela, donde para concurrir recibe apoyo económico gracias a una nota periodística en Diario Clarín y obtiene el 4º puesto. A su regreso la Agencia Córdoba Deportes le brinda la posibilidad, a través de un contrato de trabajo, de dejar la venta ambulante y dedicarse a enseñar Karate a niños Sordos en dos Instituciones Educativas para personas con problemas de lenguaje y audición. Esta posibilidad también le permitiría dedicarse a entrenar con más tiempo. En 2013, Juan Matías Díaz obtiene medalla de plata en las Sordolimpiadas de Sofía, Bulgaria, donde participaron 80 países, 9100 deportistas en 28 disciplinas. En 2016 participa en el Mundial para Sordos en Samsun, Turquía, en esta oportunidad logra la medalla de bronce.
En 2017, en las Sordolimpiadas de Turquía, obtiene el 7º puesto en kumite individual y kumite Open. Desde 2016 también dicta clases de Karate a personas oyentes.
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En estos momentos se está preparando para participar en las próximas Sordolimpiadas que se realizarán en 2022 en Caixas Do Sul, Brasil. Es considerado en Córdoba un ejemplo de lo que un deportista con discapacidad puede lograr, no solo en resultados deportivos, sino también en su vida personal.
Seguimos haciendo camino
En los años 90 un alumno, de profesión Psicólogo (Mario A. Luna), me propone desarrollar un proyecto de Karate y discapacidad. Gracias a su relación con los directores del Instituto de Socialización Haruen (Lic. Freddy Barale y Lic. Rogelio Guzmán) se nos abren las puertas para generar en el Instituto un espacio para la incorporación de nuestra actividad.
Con la aplicación de diversas metodologías que incluían la utilización de elementos y consignas con sonidos logramos que alrededor de treinta jóvenes, algunos con retraso mental y otros con autismo (leve, moderado y severo), empezaran a tener inclinación al movimiento. Gracias a las prácticas mejoraron posturas, coordinación, equilibrio, niveles de atención y comportamiento.
En 2010 el Lic. Diego Brazzale (Director de Proyectos Especiales) propone que me incorpore al Programa Córdoba Te Incluye, del área Deporte adaptado de la Agencia Córdoba Deportes.
Autor: Sensei Eduardo Novak. Facebook: Karate Do Ketsugo Shizen Do / Instagram: @karateketsugo
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