Uno de los objetivos de las artes marciales es que el practicante poco a poco se vaya desprendiendo de su ego. Sólo así, despojándose de su vanidad, irá poco a poco entendiendo el sentido de la vida, o al menos aprenderá a vivir un poco mejor, sin tanto sufrimiento.
Sin embargo el tema del shōgo 称号 (las graduaciones) en las artes marciales es algo que preocupa demasiado a los “artistas marciales occidentales”. El anhelo por alcanzar cada vez un grado más alto, muchas veces los aleja del verdadero camino, de la esencia de su arte.
Significado de las categorías
先輩 Senpai. Compañero antecesor
先生 Sensei. Alguien con una vida antes que tú en algo
教士 Kyōshi. Guerrero con capacidad de instruir
指導士 Shidōshi. Guerrero con capacidad de guiar
錬士 Renshi. Guerrero con técnica pulida
師範 Shihan. Maestro de maestros
範士 Hanshi. Guerrero modelo
A diferencia de occidente, en Japón este tema no es algo de lo que se haga mención entre los practicantes de artes marciales, es algo que se gana y nunca se fanfarronea con ello, hacer eso sería causa de deshonra para el que lo haga.
Un practicante de artes marciales japonés jamás se presentara o se publicita a sí mismo como錬士 renshi, 師範 shihan o範士 hanshi. Mucho menos como先生 sensei. Sería un equivalente aproximado a presentarse a sí mismo como: “Soy el fiscal Gonzáles” o “soy el director de desarrollo de negocios internacionales Hernández”.
En Latinoamérica parece haber una imperiosa necesidad de saber en qué se convierten al alcanzar el 4º o 5º dan. Si son: renshi 錬士o shihan 師範, etc. Generalmente eso es lo que me preguntan.
Sin embargo la forma de evaluar esto depende de cada organización, federación o estilo. Algunas veces estos “títulos” ni siquiera existen. Otra de las tendencias actuales (gracias a internet) es coleccionar y exhibir diplomas y grados (muchas veces sin coherencia alguna entre región, edad y/o años de práctica) y no hablemos del respaldo. Tal tendencia parece más una campaña de búsqueda de reconocimiento o posicionamiento que contrasta agresivamente con la tendencia de los maestros japoneses a mantenerse en el anonimato y en el perfil bajo
Así es en Okinawa
A fin de explicar mejor ese contraste, quisiera contar mi experiencia personal. Cuando tuve la oportunidad de entrenar en el honbu dōjō de nuestra escuela en Okinawa, no vi por ningún lado ningún título de 9º o 10º Dan de los maestros con los que compartí el tatami y nunca dudé del grado que se decía que poseían. Pues la calidad de ellos habla por sí misma sobre el tatami.
Muchos de ellos portan solo el cinturón negro y nunca sabes si el que está a tu lado es 1º o 9º Dan. Todo este contraste me hizo recordar el clásico Film de ficción “Karate Kid” Donde por un lado el sensei de Cobra Kai, exigía a sus alumnos que lo llamaran sensei en todo momento y al entrar a su dōjō había diplomas y fotografías de sí mismo en tamaño real con el propósito de respaldar su “nivel o grado”.
En contraste a eso pudimos ver a un señor Miyagi. Condecorado en la guerra y que trabajaba dando mantenimiento a un complejo habitacional. Claramente no lo hacía por necesidad, más bien por seguir sintiéndose productivo (opinión personal). Siempre manteniendo bajo perfil.
Los que vimos esta película en su tiempo, debemos de estar rondando los 45 años aproximadamente. Edad suficiente para haber hecho una carrera dentro de un arte marcial. ¿Quién de nosotros no soñó de niño con la posibilidad de que un señor Miyagi apareciera en nuestro barrio y nos entrenara en un arte marcial?
Pero el tiempo lo cambia todo, la vida sigue, y las redes sociales absorben todo, lo bueno y lo malo. Son esas mismas redes las que nos muestran que cada vez quedan menos Señores Miyagi y más “senseis” John Kreese.
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