Durante las décadas de 1970 y 1980 muchos investigadores extranjeros llegaron a Japón con el objeto de estudiar in situ las razones por las que el país había podido rehacerse de la destrucción provocada por la derrota de su aventura imperialista llegando incluso a poner en duda la hegemonía de Estados Unidos dentro del mundo capitalista.
Mi atención se dirigió a la introducción de tecnología microelectrónica en el proceso de producción y sus efectos sobre el proceso de trabajo y la administración de personal. Pensaba que en la intersección entre innovación tecnológica y relaciones laborales iba a encontrar la razón fundamental del éxito del país en su reconstrucción y desarrollo.
Desde niños, particularmente a través del sistema educativo durante los nueve años de educación obligatoria, aunque también en el ámbito familiar, los japoneses aprenden a no expresar sus sentimientos y a adaptar su comportamiento a lo que se requiere de ellos en cada situación, sea dentro de sus grupos de pertenencia o en los espacios públicos.
Niños y jóvenes aprenden a no hablar de sí mismos y a adaptarse a los supuestos deseos del interlocutor, codificados en un extenso y complejo conjunto de reglas de comportamiento entendidos como joshiki (常識), sentido común. Se privilegia el silencio en el sentido de que estas reglas deben ser internalizadas y no verbalizadas. La autoridad no debe verse en la necesidad de explicitarlas.
No hablar de sí mismo y evitar expresar los propios sentimientos. Este ejercicio autorrepresivo que llega a convertirse en inconsciente y a abarcar el conjunto de los comportamientos desempeñó un papel significativo como base para los incrementos de productividad durante el período de posguerra basado en la producción masiva de productos estandarizados.
Evitar hablar de sí mismo y de temas que puedan conducir a un conflicto es una regla de oro que genera un ambiente de amabilidad en que se privilegia al interlocutor. Los conflictos potenciales intragrupales son resueltos con un mínimo de exposición de las partes en el contexto de fuertes relaciones verticales. Por otra parte, los conflictos intergrupales son frecuentes en cualquier ámbito. Para entender el por qué de esta aparente contradicción debemos tener en cuenta la gran distancia existente entre uchi (dentro) y soto (fuera). Pongamos el caso de una empresa. Entre dos secciones pueden haber sentimientos encontrados, pero se unirán cuando su departamento enfrente a otro, cosa que también ocurrirá entre departamentos cuando una división enfrente a otra, una planta a otra y finalmente la empresa a sus competidores. En la burocracia estatal son muy conocidos los conflictos interministeriales de larga data. Esta distancia entre uchi y soto está presente en el conjunto de las instituciones en que transcurre la vida cotidiana.
Si bien estas características de las relaciones interpersonales son de origen premoderno, en lugar de tender a desaparecer con la modernidad parecen haberse exacerbado. Los espacios en que la gente se comporta en forma espontánea parecen reducirse cada vez más. ¿Dónde podemos encontrar el origen de este proceso de difusión social de la vida como ceremonia? La obediencia, la disciplina y la uniformación han sido reforzadas a nivel nacional a partir de la restauración Meiji junto al objetivo de contar con una economía y un ejército fuertes en la menor cantidad de tiempo posible. Pero más allá de ello, la difusión social de la ceremonia como parte fundamental de la vida cotidiana en detrimento de la expresión de los propios sentimientos se ha agudizado durante los últimos treinta a cuarenta años.
En un país en que se ha privilegiado la obediencia y la sumisión al grupo y a su autoridad en detrimento de la expresión de la voluntad individual se introducía la idea de que los logros económicos y sociales de cada uno dependen del individuo en cuestión. Desde la década de 1980, siguiendo el avance de la doctrina neoliberal propagada desde Estados Unidos e Inglaterra, las autoridades han hecho hincapié en la importancia de la libertad y la responsabilidad individual. Cada vez se hizo más difícil expresarse en forma espontánea, un proceso paralelo al aumento de las diferencias entre los objetivos grupales e individuales. El éxito del grupo no garantizaba el éxito individual y las relaciones interpersonales perdían sustancia y ganaban en formalidad. A pesar de no ser un objetivo de las autoridades, con el correr de los años surgieron y se fueron agudizando nuevos problemas psicológicos, psicosociales y sociales.
Autor: Luigi Alberto Di Martino
Artículo extraído del libro Japón en la década de 2020 -alternativas para una mejor calidad de vida–
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Presentación del autor: Mi nombre es Luigi Alberto Di Martino. Nací en Buenos Aires en el seno de una familia de origen italiano. Después de cursar estudios primarios y secundarios en el Instituto La Salle Florida, cursé la Licenciatura en Economía en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Trabajé durante unos meses en una empresa pero deseaba seguir estudiando. Viaje a México con el objeto de cursar la Maestría en Economía en la División de Estudios de Posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Una vez graduado curse otra maestría, ya que no había doctorado, en la sección de Estudios Japoneses del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México. Corría la década de 1980 y Japón disputaba el liderazgo de la economía mundial a los Estados Unidos. Desde la década anterior investigadores de diversos países llegaban a Japón con el objeto de estudiar las causas del rápido crecimiento de la economía japonesa y su expansión a nivel global. Una vez concluidos mis estudios en El Colegio de México viajé a Japón con una beca concedida por la Universidad Hosei, situada en Tokio, para dedicarme a la investigación durante un año. Posteriormente cursé el Doctorado en Economía en la Universidad de Kioto y recibí el título de Doctor (Ph.D.) en Economía. Durante casi tres décadas trabajé, primero como profesor de tiempo parcial (los primeros 12 años) y luego como profesor titular (16 años), en diversas universidades japonesas. Una vez retirado comencé a escribir sobre la sociedad japonesa contemporánea. Hasta el momento he escrito dos libros de ensayos y una novela. El primer libro de ensayos combina mis experiencias durante 31 años de estadía en Japón con un estudio crítico sobre diversos aspectos de la sociedad japonesa contemporánea. El segundo consiste en un análisis del imaginario social japonés, donde podrá encontrar características del modo particular de interacción social normalmente adjudicado a la cultura japonesa y los cambios ocurridos a nivel psicosocial, social, económico y político durante las últimas décadas. En estos momentos estoy dando el segundo y tercer curso sobre este libro en español. Encontrará una descripción de su contenido en la página dedicadas al curso. El tercer libro es una novela histórica ambientada en Japón antes, durante e inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.
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