Muchos afirman que solamente a aquellos que poseen un linaje rastreable y respetable se les mirara con el valor que merecen. Mientras que los que no lo tienen buscan minimizar su importancia exponiendo diversas razones.
La realidad es que todo este meneado tema deriva de cuando las enseñanzas del Bugei se realizaban en pequeños grupos o clanes familiares, y, por lo tanto, el linaje constituía la garantía de pureza en la transmisión de la técnica, ya que los maestros no enseñaban a todos sus alumnos por igual. Solamente los más fieles y cercanos al maestro, llegaban a acceder a todo el sistema en su totalidad, y terminaban siendo reconocidos como herederos y guardianes de la tradición del estilo.
Muchos practicantes continúan preguntando: ¿Para qué sirve el linaje?
Lo seguro es que un linaje rastreable por sí mismo no garantiza para nada un entorno de formación de calidad, ni una experiencia legítima. También se debe tener en cuenta que las artes marciales asiáticas tienden a embellecer sus historias y linajes. Por ejemplo, es bastante común en las artes japonesas que un soke afirme que fue el único alumno de tal o cual maestro, o que un practicante afirme que estudió con X, cuando en realidad estudió con el alumno Y de X.
Maestros contra linajes
Hay una distinción muy importante que se debe hacer entre el maestro y un linaje completo. Por ejemplo, en judo, es común decir “estudio con ‘Tal’ sensei” o “entreno en ‘equis’ Dojo”, es muy raro escuchar a un judoka indicar la cadena completa de su linaje hasta Jigoro Kano. La misma situación se aplica en muchas artes occidentales como el boxeo y las escuelas que se centran en la aplicación práctica. La perspectiva aquí es que la calidad del maestro es muy importante, y se puede juzgar por sí misma, sin necesidad de retroceder más en la historia. Dicho esto, también debemos ser sinceros, ya que muchas veces, nos interesa saber con quién entrenó aquel que nos instruye, aunque no ahondemos mucho. Es como un acto instintivo de tranquilidad y por qué no de orgullo, dependiendo de la fama que haya tenido este.
Absolutamente, lo contrario se aprecia en muchas escuelas de karate. Ser capaz de rastrear una relación autorizada de profesor-alumno con el fundador del estilo se considera en esos círculos como una condición fundamental de legitimidad.La importancia del Linaje en relación con la credibilidad o la confiabilidad de un instructor y una escuela depende de lo que se esté buscando dentro del entrenamiento de las artes marciales. Para algunas personas, ese aspecto de la cultura tradicional y los valores involucrados a la hora de transmitir el conocimiento de una generación a otra pueden ser muy significativos. Para otros, sin embargo, esos valores no son tan importantes. Recordemos que muchos se acercan simplemente para hacer ejercicio o para mejorar la salud y la escuela, sin importar cuál sea, puede estar cerca de donde trabajan o viven, o las personas pueden tener vidas muy involucradas en áreas fuera de las artes marciales. No tienen que cargar esos valores sobre ellos por así decirlo (hacerlo podría alejarlos).
Debemos estar de acuerdo que el linaje en sí mismo no indica la calidad de la enseñanza de un instructor. Puede haber buenos maestros que no tengan un linaje bien definido. Su habilidad para enseñar y compartir conocimiento viene de adentro; no depende pura y exclusivamente de quién le enseñó a esa persona ni dónde se capacitó.
Una escuela o instructor que afirma un linaje específico no necesariamente responden a una certificación oficial en un arte. Esto hoy es fácil de ver en algunas personas que creen que pueden tomar “esto y aquello” de otro arte, combinarlo con su propia experiencia y luego afirmar que han desarrollado un nuevo estilo o sistema. Para un tradicionalista, esto puede verse como una falta de respeto, ya que esas personas no continúan a sus predecesores ni mantienen conexiones con otras generaciones de estudiantes y maestros.
En tiempos como los que vivimos y dependiendo de cómo se reivindica un linaje, esta situación puede leerse como una táctica de marketing. No obstante, si se expone de manera empírica, el linaje y la tradición pueden contribuir a la capacitación y al crecimiento personal de un instructor (siempre y cuando ese instructor siga aprendiendo y enseñando dentro de ese mismo sistema), esto mostraría un tratamiento de seriedad y fidelidad que mantiene hacia un estilo o sistema en particular y la correcta transmisión del mismo.
Sin dudas que lo importante es tener un buen maestro
El significado de esa frase se puede interpretar de varias maneras, pero también es un signo del legado que se transmite de generación en generación. Enseñar un arte marcial no es solo enseñar movimientos; también se trata de transmitir valores y lecciones, crear un ambiente enriquecedor y dejar que las personas crezcan física, mental y espiritualmente.
Volviendo al linaje, este es importante para mí por los valores que poseo y creo que es valioso tenerlo. Sin embargo, no es algo que yo considere un factor determinante para evaluar la calidad de un maestro. Si creo que es un factor que suma.
El Linaje puede ayudarnos a evaluar: “¿Qué tan cerca está lo que se enseña aquí de ese estilo histórico especifico?” Pero tengamos presente que esto no nos ayudará a evaluar la calidad del Okinawa Bugei que se está enseñando en “ese” o en “aquel” lugar, ni la calidad de los maestros y su capacidad y/o capacitación. Juzgue la escuela y a sus maestros con criterio y en su justa medida. Esto es mucho más importante que los supuestos grados que separan a este maestro de aquel otro. Y fundamentalmente, estudie la escuela en su contexto y entorno histórico cultural.Los linajes sólo tienen sentido si eres digno sucesor de los mismos. Si eres muy bueno, la razón de ello está, por un lado, en tu habilidad, tesón y trabajo personal. Y por otro, en haber tenido alguien que te enseñara y fuera capaz de sacar ese nivel de habilidad de ti.
Hasta no hace mucho, un estudiante NO PODÍA mostrar de forma pública su habilidad sin permiso expreso del maestro, ni hacer propaganda de su entrenamiento, hasta que su maestro lo considerase oportuno. La razón es que existían los duelos y si eras vencido con facilidad, podías provocar que el desprestigio del maestro.
Si no estás a la altura del “linaje” que se supone que te acoge, lo mejor es no avergonzar ni a tu maestro ni a tu escuela.
Autor: Sensei Gerardo Balves
7º Dan Kobayashi ryu Kyudokan
Coordinador del Grupo internacional de Dojos Kyudo Mugen Kyudokan
Imagen: Mokuso
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