Luego de más de tres décadas de vivir en Japón, de enseñar en universidades japonesas (la mitad de ese tiempo como profesor de plantilla) y de estudiar la sociedad japonesa contemporánea y sus raíces históricas, van apareciendo respuestas. Pero a medida que aparecen respuestas surgen más preguntas. Antes de referirme a algunos rasgos básicos de la vida en este país quiero hacer algunas aclaraciones, que aunque quizás parezcan evidentes, con frecuencia perdemos de vista. Evitemos hablar de “los japoneses”. En esta sociedad hay clases sociales, diferencias regionales, generacionales y minorías, algunas discriminadas y otras no tanto. Contra la idea tan difundida de que se trata de una sociedad homogénea hay autores japoneses que se refieren a Japón como sociedad multicultural. También hay diferencias ideológicas que atraviesan clases, regiones y minorías y generan una gran abanico de perspectivas, de visiones del mundo. Sin embargo, hay características comunes que uno encuentra a cada paso. Y es que si bien existen todas las diferencias apuntadas, hay modos de comportarse que deben ser observados si no queremos correr el riesgo de ser excluidos. No me refiero a los extranjeros. Me refiero a todos los japoneses y todo el que quiera vivir aquí.
Me dirán que en otras latitudes ocurre lo mismo. Es verdad, pero hay dos diferencias importantes: una es el grado de detalle de los comportamientos requeridos entre los propios japoneses, algo que incluye los términos y expresiones utilizadas, posturas y atuendo para cada ocasión y para cada lugar ocupado en los diversos niveles jerárquicos; la segunda diferencia consiste en la gran distancia existente entre las propias ideas y sentimientos y el comportamiento observado. Llevándolo a un extremo, uno podría afirmar que hay una respuesta para cada ocasión y esa uniformidad tiende a ocultar las diferencias a que me referí en el párrafo anterior. Es por ello que en Japón nos encontramos con respuestas predecibles, con escasas sorpresas, y con una gran uniformidad en el comportamiento y la apariencia. Algunos jóvenes desafían esa uniformidad con su ropa, sus posturas y sus movimientos al caminar. Ellos no hacen más que confirmar la regla, ya que lo hacen para decir: yo no soy como ellos. Sin embargo, unos años después son como ellos. En caso contrario encontrarán muy poco espacio para sobrevivir.
Esa uniformación del comportamiento tiene un nombre. Se la presenta como un par de opuestos: tatemae 建前 y honne 本音. El primer término se refiere a una construcción, lo construido delante, y el segundo significa literalmente el sonido original, es decir, nuestros verdaderos sentimientos e ideas. Si bien esto existe también en otras sociedades, una característica particular de Japón es la gran distancia que existe entre ambos, lo que manifestamos y lo que sentimos. Las diferencias cuantitativas se convierten en cualitativas, colocándonos frente a un mundo diferente al que estamos acostumbrados a experimentar en occidente. Como afirmé en el primer párrafo, las respuestas que van surgiendo nos llevan a nuevas preguntas. Este texto es introductorio, pero es suficiente para que nos planteemos una pregunta fundamental. ¿Es esto así porque estamos en presencia de una cultura particular, la cultura japonesa? ¿O es el producto de un desarrollo histórico que condujo a esta situación? Más allá de Japón, ¿lo que entendemos por cultura es algo estático, una realidad dura, forjada en el pasado y que se transmite de generación en generación? ¿O es algo dinámico que se va construyendo todos los días desde hace muchos siglos y que seguimos construyendo todos los días en nuestras vidas cotidianas? Si aceptamos la idea de que toda cultura es dinámica también debemos plantearnos si hay personas e instituciones que tienen más influencia que otras en su devenir. Esas personas e instituciones poderosas, es decir, que tienen poder para influir sobre nuestras vidas, ¿no están generando “cultura”? y por fin, ¿es cultura o es un modo de control social? ¿qué relación existe entre cultura y control social?
He pensado y escrito sobre estos temas, aunque nada es definitivo. Son quizás herramientas para pensar y que cada uno decida. El primer libro se titula “31 años en Japón -ensayo autobiográfico sobre la sociedad japonesa contemporánea-” (2019). Son dos libros en uno ya que aproximadamente la mitad es autobiográfico, mientras en la otra mitad presento aspectos de esta sociedad, más o menos directamente relacionados con mi experiencia y con mis estudios. El segundo libro se titula “Acerca del Imaginario Social Japonés” (2020). Allí estudio más de cerca cambios ocurridos durante los últimos 30 a 40 años desde un punto de vista interdisciplinario, incluyendo cuestiones psicológicas, psicosociales, culturales, económicas y políticas. El último libro se titula “Japón en la década de 2020 -alternativas para una mejor calidad de vida-” (2021). En este caso intento aportar con soluciones a problemas que van desde lo psicológico hasta el terreno de la economía y la política social. Trato de buscar soluciones para problemas vinculados con la vida laboral, el lugar de la mujer en la sociedad, la caída de la población y algunos problemas psicosociales que se han ido agudizando durante los últimos 30 a 40 años como el acoso escolar, los hikikomori (niños, jóvenes y adultos que viven encerrados en sus habitaciones) o la muerte o el suicidio por exceso de trabajo. En resumen, parto de mi experiencia, hago un diagnóstico sobre los problemas que está enfrentando esta sociedad y busco soluciones. A pesar de haber vivido aquí durante décadas veo la vida en este país desde fuera, ya que tuve un proceso de socialización diferente al de los nacidos y criados aquí. Es una situación privilegiada: estar dentro conservando una distancia intrínseca. Por último, volviendo al párrafo anterior, una pregunta que atraviesa los tres libros se refiere a si estamos tratando de una “cultura” o de un “modo de control social”. Yo le doy, y le seguiré dando hasta cuando me sea posible, los elementos a mi alcance para que usted busque su respuesta. Yo solo tengo más preguntas.
Un cordial saludo desde Kioto,
Luigi Alberto Di Martino
Foto: Pixabay
Presentación del autor: Mi nombre es Luigi Alberto Di Martino. Nací en Buenos Aires en el seno de una familia de origen italiano. Después de cursar estudios primarios y secundarios en el Instituto La Salle Florida, cursé la Licenciatura en Economía en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Trabajé durante unos meses en una empresa pero deseaba seguir estudiando. Viaje a México con el objeto de cursar la Maestría en Economía en la División de Estudios de Posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Una vez graduado curse otra maestría, ya que no había doctorado, en la sección de Estudios Japoneses del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México. Corría la década de 1980 y Japón disputaba el liderazgo de la economía mundial a los Estados Unidos. Desde la década anterior investigadores de diversos países llegaban a Japón con el objeto de estudiar las causas del rápido crecimiento de la economía japonesa y su expansión a nivel global. Una vez concluidos mis estudios en El Colegio de México viajé a Japón con una beca concedida por la Universidad Hosei, situada en Tokio, para dedicarme a la investigación durante un año. Posteriormente cursé el Doctorado en Economía en la Universidad de Kioto y recibí el título de Doctor (Ph.D.) en Economía. Durante casi tres décadas trabajé, primero como profesor de tiempo parcial (los primeros 12 años) y luego como profesor titular (16 años), en diversas universidades japonesas. Una vez retirado comencé a escribir sobre la sociedad japonesa contemporánea. Hasta el momento he escrito dos libros de ensayos y una novela. El primer libro de ensayos combina mis experiencias durante 31 años de estadía en Japón con un estudio crítico sobre diversos aspectos de la sociedad japonesa contemporánea. El segundo consiste en un análisis del imaginario social japonés, donde podrá encontrar características del modo particular de interacción social normalmente adjudicado a la cultura japonesa y los cambios ocurridos a nivel psicosocial, social, económico y político durante las últimas décadas. En estos momentos estoy dando el segundo y tercer curso sobre este libro en español. Encontrará una descripción de su contenido en la página dedicadas al curso. El tercer libro es una novela histórica ambientada en Japón antes, durante e inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.
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