La alimentación es una cuestión cultural y los occidentales elegimos nuestros alimentos por costumbre, recursos naturales (que varían según cada región y país), tradiciones familiares, comodidad, rapidez y por supuesto también por nuestros gustos, porque comer es además una necesidad biológica, uno de los grandes placeres de la vida.
Clasificamos nuestros alimentos según la cantidad de proteínas, hidratos de carbono (azúcares incluidos), grasas, vitaminas, minerales (el sodio de la sal de mesa, entre ellos). Como parte de nuestros procesos de selección de los alimentos prestamos atención a las calorías y nos fijamos si es dietético, creyendo que atendiendo esos parámetros estamos contribuyendo a una alimentación sana y natural para nosotros y nuestra familia.
El dominio de la comunicación alimentaria está dado por la publicidad de las empresas que nos venden alimentos hiperprocesados asociados a una imagen de felicidad y bienestar. El color verde lo identificamos como saludable, al igual que las bebidas sin azúcar como naturales e inofensivas para nuestro organismo. Lamento decepcionarlos, pero nada de esto es totalmente cierto. Repensar nuestra alimentación y estar atentos a los alimentos que escogemos es vital mejorar nuestra energía, nuestro Qi y proteger nuestro cuerpo.
El concepto de Qi
Antes de avanzar en la mirada de la medicina oriental es necesario comprender el concepto de Qi o energía. El concepto de Qi no tiene una traducción equivalente en nuestro mundo occidental. El carácter chino que lo representa se compone de 2 partes: una es la de “arroz crudo” y la otra es “vapor”. Cuando se cocina el arroz (denso y material), se forma el vapor (sutil e inmaterial). Indica algo que es material e inmaterial a la vez.ENERGÍA por definición se entiende que “es la capacidad de realizar trabajo, de producir movimiento, de generar cambio”. Si bien, muchas veces para explicar el QI, decimos “energía”, debemos tener en cuenta que la idea es mucho más amplia, como si quisiéramos referirnos al “KIAI” solo como un “grito”.
La Medicina Tradicional China considera que los alimentos, junto con el aire que respiramos, son las materias primas para que CADA persona fabrique su propio Qi. Es el Qi que se forma después de nacer (Qi posnatal), el que podemos cambiar y optimizar porque de la CALIDAD del aire y de la CALIDAD de nuestra comida, dependerá en gran medida, la CALIDAD de nuestro Qi.
Hay un aporte de Qi, heredado de nuestros padres (Qi prenatal) que interviene también en la conformación final de nuestro propio Qi. Este Qi heredado no podemos modificarlo.
Entonces, si los alimentos son tan importantes en la generación de nuestro Qi ¿sabemos con certeza lo que estamos comiendo?
Muchas cosas que comemos hoy, son productos envasados, industrializados. Una fórmula rápida y fácil para saber si el alimento es recomendable o no, es mirar la etiqueta donde dice INGREDIENTES y contarlos. Mientras mayor es la cantidad de ingredientes, el producto es menos saludable.
@rodriguezad3799
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