Es para destacar que el karate se perpetuó a través del ambiente de la educación, en los sectores primarios y secundarios de Okinawa desde 1908, por propuesta de Itosu “Anko” Yasutsune Sensei al ministerio de educación del Japón, que ejecutó el edito de enseñanza de la reforma Meiji, y a partir de 1922 en las universidades japonesas por Funakoshi Gichin sensei. Estos hechos históricos produjeron una gran expansión a occidente de la mano de instructores capacitados en el primer curso universitario de la JKA diseñado en 1952 por Nakayama Masatoshi Sensei, con egresados de las mencionadas casas de altos estudios, como asi mismo la inserción de las mujeres en la práctica del karate por Mabuni Kenwa Sensei.
Es para destacar que el karate se perpetuó a través del ambiente de la educación, en los sectores primarios y secundarios de Okinawa desde 1908, por propuesta de Itosu “Anko” Yasutsune Sensei al ministerio de educación del Japón, que ejecutó el edito de enseñanza de la reforma Meiji, y a partir de 1922 en las universidades japonesas por Funakoshi Gichin sensei. Estos hechos históricos produjeron una gran expansión a occidente de la mano de instructores capacitados en el primer curso universitario de la JKA diseñado en 1952 por Nakayama Masatoshi Sensei, con egresados de las mencionadas casas de altos estudios, como asi mismo la inserción de las mujeres en la práctica del karate por Mabuni Kenwa Sensei.
Reforma Meiji al sistema educativo del Japón
La llegada de extranjeros a Japón a mediados del siglo XIX no hizo más que producir la caída del poder absoluto del Shogunato Tokugawa, el cual sucumbió bajo la restauración del poder político del trono imperial de Mutsuhito Tenno en 1868, conocido como la renovación Meiji (Meiji Ishin), la cual planifico innovaciones significativas en lo social y económico.
La más destacada de las innovaciones fue la aplicación del “edito de enseñanza” promulgada el 30 de octubre de 1890, que reafirmó la ética nacional confuciana y sintoísta, frente a las ideas morales y políticas de occidente. Fue un efectivo plan de utilizar la moralidad tradicional japonesa para dar sustento al nuevo estado creado por la oligarquía Meiji.
Existe hoy abundante literatura, sobre las profundas diferencias étnicas, históricas y sociales de Okinawa con respecto a Japón del siglo XIX, desde un punto de vista cultural, existían tradiciones mitológicas y religiosas muy diferentes. Originalmente, las Ryukyu constituían una sociedad matriarcal dirigida por las chamanes (sacerdotisas), llamadas “Noro” o “Yuta”, que practicaban los ritos religiosos relacionados con el nacimiento y la muerte. Además, el pueblo hablaba Uchinaguchi (lengua de Okinawa) y expresaba la fonética del mencionado dialecto (hoy reconocida por investigadores lingüísticos como un idioma) toda su literatura en hiragana desde 1187, destacándose el Omoro Saushi en relatos del periodo aldeano y monárquico.
Okinawa y la reforma
En 1872, se constituyó el clan de las Ryukyu, y en 1879, tras la abolición de los clanes y la división del país en administraciones territoriales, bajo el control directo del emperador Mutsuhito (Meiji), se constituyó la administración de Okinawa concluyendo así la anexión del archipiélago a Japón, ignorando la voluntad de sus habitantes. Tras la anexión del archipiélago, el nuevo gobierno Meiji emprendió el cambio de las tradiciones y las antiguas costumbres de vida okinawenses, con el fin de imponer el sistema imperial, su lengua (nihongo) su escritura (kanji) y su modo de vida.
El karate en el sistema escolar de Okinawa
Itosu “Anko” Yasutsune como docente de escuelas primarias y secundarias tuvo que equilibrar su accionar educativo ante las órdenes del ministerio de educación del Japón y la cultura de Ryukyu que se negaba a desaparecer, un ejemplo de ello era que los padres no registraban a los recién nacidos en el nuevo régimen, con la intención que no supieran de su existencia y así impedir que asistan a la escuela en la edad de educarse con la lengua japonesa y la escritura del kanji, otro caso fue la negativa de cortar el “chonage” rodete que caracterizaba al hombre de Okinawa, y raparse para ser educado en el régimen escolar japones. Esta situación de reforma aplicó la prohibición de la práctica del “Okinawa Te” por considerarla peligrosa a la pacificación del país.
Itosu Sensei, el más famoso de los alumnos del Bushi Matsumura, introdujo el karate como actividad en el departamento de educación física en las escuelas estatales de Okinawa donde ejercía su docencia, desarrollando las katas Chanan (Pinan) para ser enseñadas a los escolares fundamentando desde el concepto pedagógico de lo “simple a lo complejo”, porque consideraba que las katas superiores eran de difícil aprendizaje y ejecución para los niños y jóvenes. Fue el primero en enseñar karate de manera abierta, y como educación física en las escuelas primarias de Shuri Jinjo en 1901, en la intermedia de Shuri- Dai Ichi y en la normal para hombres de la prefectura de Okinawa en 1905.
En octubre de 1908, para lograr la introducción del Karate en las escuelas de toda Okinawa, el maestro Itosu escribió una carta abierta al ministerio de educación del Japón, y al pueblo de Okinawa; en la que mencionaba los beneficios de la práctica del arte marcial para la sociedad. Desarrolló un nuevo método al establecer un programa con técnicas básicas (kihon renshu), y la incesante y reiterativa práctica de Kata, para demostrar que no generaba ningún tipo de combatiente, logrando el objetivo de salvar una cultura ancestral del pueblo de Okinawa. Así llego el Karate a nuestros días.
Expansión del karate en las universidades japonesas
Es conocido y demostrado el hecho histórico del desarrollo y expansión del karate en las universidades japonesas, a partir de las enseñanzas de Funakoshi Gichin Sensei, en el dormitorio universitario de estudiantes en Suidobata, Tokio 1922. Luego en 1924 en la universidad de Keio, en 1926 en la universidad de Ichiko, y en 1927 en las universidades de Waseda, Takoshoku y Shodai, ya que no existían dojos privados de karate. Todos sus alumnos eran estudiantes o profesionales egresados de las mencionadas casas de altos estudios.
Capacitación universitaria de los instructores
En 1947 Nakayama Masatoshi Sensei, era ya instructor Principal de la J.K.A (Japan Karate Association) y se convirtió en el entrenador del equipo de karate de la Universidad de Takushoku. En 1952 tras completar sus estudios en esta rama de la educación, se le contrató como parte del personal de educación física de la mencionada universidad. Entre sus muchos logros están la creación de las bases y estructura inicial del karate deportivo, y el programa del curso para instructores de la J.K.A, primera capacitación universitaria para profesionalizar a quienes enseñaban Karate, que le posibilitó desempañar el cargo de, decano de la facultad en educación física.
El karate en los institutos educativos para mujeres
Es destacable resaltar el empeño de Mabuni Kenwa Sensei por el desarrollo de las artes marciales femeninas, ya que insistía en la participación de la mujer en distintas esferas de la educación, y tratando de introducir el karate en instituciones femeninas de la época, desarrolló las katas Myojo (nombre de la escuela femenina donde impartía clases) y Aoyagi (Seiryu), especialmente pensadas para ellas. Así consiguió que el Karate fuese introducido en la enseñanza de los institutos educativos femeninos.
Conclusión
Debemos reconocer y retomar el inmenso y altruista esfuerzo realizado por Itosu Anko Sensei en su vejez, enfermedad y pobreza económica (no así en lo intelectual y espiritual) ante la reforma Meiji, que pretendió prohibir al Te (mano) de Okinawa por considerarlo no apto para el nuevo sistema imperial, luchando a diario en los claustros académicos y educativos del nuevo régimen, para que sea aceptado el arte del Okinawa Karate, como parte de la educación física en los nuevos colegios primarios y secundarios japoneses, implantados en Okinawa.
El 28 de febrero del 2006, en la edición nocturna del periódico Okinawa Times, en la página de sociales, apareció un artículo titulado “El Restaurador del Karate, escrita por Kinjo Hiroshi” anunciando, el descubrimiento de una foto de “Itosu Anko” a los 87 años de edad. Posterior a este suceso periodístico, el mundo de karate solo se interesó por la imagen, sin reivindicar sus logros y esfuerzos en pos de la continuidad de la cultura de Ryukyu.
Si el Okinawa Karate sobrevivió hasta nuestros días, es por el esfuerzo de un gran pensador y educador como Itosu Sensei, y su profundo convencimiento que la cultura debía ser reconocida y fomentada, desde la educación formal que regentea el estado, abandonando el individualismo y pensando en la cultura que merecía recibir la próxima generación. No solo dejó un gran legado, nos instó a seguir al “Okinawa Karate como un movimiento cultural y No una escuela individual”.
«Karate hace a la sociedad» decía Itosu Sensei”
Autor: Sensei Héctor Esteban Maroli 9º Dan – Hanshi Seishinkan Karate & Kobudo Soke (Foto Edgardo Buttaro)
Bibliografía consultada: Breve historia del Japón moderno, Arthur E. Tiedemann. Ed. El Ateneo Buenos Aires 1965. Historia cultural del Japón, Yutaka Tazawa y otros, Ministerio de relaciones exteriores del Japón, 1985. Unan Te “The secrets of karate”, Jhon Sells, Ed. W.M. Hawley, Hollywood, CA. 2000.
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