En los albores del año 1974, tomé contacto inicial con el sistema de karate que desarrollaba el Maestro Kinjo. Por entonces, el karate que vivenciábamos estaba regido por los lineamientos técnicos que esbozaba el Maestro Toyama Kanken.
Así fue que a mediados de la década del setenta, comenzamos a recibir la influencia de un karate que, para muchos rompía con los esquemas de forma física. Lo definíamos como “tradicional”, considerando confusamente que la forma definía la tradición. Mi comprensión del karate se encontraba, de esta manera, sesgada por esa transformación gestual, que inquietaba mi entendimiento técnico, funcional e histórico.
Oshima Hiroshi: El maestro que reveló el karate más allá de la forma
Por aquellos años estaba vinculado a Oshima Hiroshi, mi primer Maestro, quien marcó la esencia mi formación en karate, además de permitirme encontrar en él a un ser humano maravilloso, que seducía mis sentidos y los activaba desde sus intrínsecos valores. Gracias al Maestro Oshima pude descubrir en el karate una experiencia de revelación de sentidos, más allá de las capacidades físicas del practicante. Un ejercicio del movimiento que iba más allá de la forma, conectándolo a lo profundo de mi ser.
Kinjo Hiroshi: Beber de la fuente
Frente a la necesidad inminente de “beber el agua “de la fuente”, a principios de la década del noventa tomo contacto directo con el Maestro Kinjo Hiroshi. Mis estudios iniciales se concentraron en aportarle correcta dirección al método sistemático que él había desarrollado, y que ya había estado entrenando por casi 2 décadas mediante enseñanzas de terceros.
Comprendí los valores que encierra la repetición. Que la potencia que mis células respondan a karate, con mayor velocidad y precisión que mi razón.
Los dos pilares: Itosu y las 7 virtudes del Bu
Kinjo Sensei basaba su metodología de enseñanza en dos principios fundamentales: los 10 preceptos de Itosu y las 7 virtudes del Bu. Él sostenía que así se podría construir nuestra impronta en el arte marcial, erigiéndonos sobre los hombros del conocimiento de nuestros Maestros y Formadores.
Ser karate»: La técnica como reflejo de la mente
La personalidad de Kinjo y sus correcciones, despertaban la necesidad de educar mi dualidad neuromotora, mi creatividad, mi fabricación y mi invención por sobre el molde de su creación. Motivaba también la necesidad de dejar de inculcar el “hacer karate” para “ser karate”.
A través de su técnica y su accionar, Kinjo expresaba la necesidad que karate trascendiera las barreras de los países, culturas y etnias. El tesoro de sus valores expresados desde el gesto, dicen más que las palabras. No creo equivocarme al sostener que se trataba de un verdadero pionero, que confiaba en la universalización misma de karate, más allá de cualquier límite o limitación.
El sistema de karate de Kinjo Hiroshi se puede concebir como un viaje. Analiza las herramientas físicas que comprende el estudio de los elementos que subyacen dentro del combate, así como también profundiza en el análisis sistemático de la riqueza que radica en el mismo.
Kinjo nunca pretendió ser un gran peleador, pero si un gran peleador introspectivo. Motivado por sus propias inseguridades, donde radica la fuente de todos nuestros miedos, construyó su karate que definía como “lógico y moral”. La metodología educativa de su karate constituye una plataforma de despegue. Una base fundamental para el desarrollo de decisiones a futuro.
Kotowaza final: Waza No Kokoro Ni Ozu
Desearía concluir estas breves palabras con un Kotowaza de su autoría “Waza No Kokoro Ni Ozu”. La técnica refleja a la mente. Cuando muestras tu técnica, tu pensamiento se revela. La práctica técnica es necesaria, pero mucho más necesaria es la satisfacción mental que la técnica, como medio, produce. La técnica sin la mente no es nada.
Cuando domines la técnica suprema con gran humanidad, será cuando te hayas convertido en un maestro de la vida.
Autor: Sensei Gerardo Pimentel
Kinjo karate (Kenshukai) – Koryu Uchinadi
9° Dan
📣 Dojo Abierto Buenos Aires 2025
Preguntas frecuentes
¿Hay que tener alguna graduación en especial para poder participar?
Es apto para todos los niveles y graduaciones.
¿Hay que ser mayor de edad?
Tienes que ser mayor de 18 años o contar con autorización de los padres o tutores.
¿Qué vestimenta hay que llevar?
Puedes usar la vestimenta de tu arte marcial.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
La inscripción está abierta a todos los estilos de karate y artes marciales que quieran compartir el espacio Dojo Abierto.
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