La experiencia vital es un continuo aprendizaje, unas veces aprendemos de nuestras propias experiencias, otras veces aprendemos de las experiencias vividas por otros. La diferencia esencial consiste en que nuestra propia experiencia, el conjunto de hechos, acciones, y pensamientos, crea en nosotros una sensación que es memorizada.
Cuando hablamos de aprender de nosotros mismos, o por nosotros mismos, estamos hablando, en muchos casos, del análisis de nuestras propias experiencias y sensaciones. Si somos capaces de reproducir esas experiencias y sensaciones para analizarlas estamos ejecutando un auto-entrenamiento.
Son muchas las cosas que nos ocurren durante nuestra vida, sin embargo no todos tienen la lucidez y la capacidad para analizar lo que les ha ocurrido y aprender de ello, ser capaces de sacar lecciones, cambiar escenarios e imaginar soluciones distintas a los diferentes planteamientos.
Sabiduría y erudición
Ese análisis basado en la comparación de la experiencia y las sensaciones propias, y las aprendidas de otros, la capacidad de crear escenarios diferentes, también con soluciones diferentes, es lo que acerca a un hombre a la sabiduría. A menudo pensamos en la sabiduría como la acumulación de conocimientos, y lo que hacemos es confundir sabiduría y erudición, que evidentemente no son lo mismo.
La Sabiduría nace de la capacidad de análisis de los conocimientos y experiencias adquiridos, propios o ajenos, y de la capacidad de adaptación a los diferentes escenarios que se nos proponen.
Teoría y realidad
En los diferentes Budos en general, y en el Karate en particular, los planteamientos teóricos, el análisis de las diferentes opciones posibles ante distintas situaciones, es la base del entrenamiento y el aprendizaje. El costo de la equivocación es barato cuando uno limita daños y se protege para evitarlos.
Es por eso que la práctica se realiza con protecciones para minimizar los daños producidos por los errores, da igual de que Budo se trate y, habitualmente, el error se paga con unos moretones.
Pero, en la realidad, no es posible minimizar esos daños ni controlar las consecuencias, un error se paga con la muerte o con graves heridas. Y eso hay que tenerlo muy presente.
Si pensamos en el deporte basado en el Karate, en el Shiai Kumite, ambos contendientes están en continuo movimiento y los golpes se producen en la mayoría de los casos con el contrario que lo recibe en retroceso, en defensa o esquivando, no hay una foto fija, todo es dinámico.
En el Karate Budo la estrategia es distinta completamente, ya que la intención es dejar solucionado el problema lo más rápidamente posible a través de la expresión I Ken Issatsu, un golpe mata, o la intención de matar con un solo golpe, Todome. Aunque eso es, según las experiencias realizadas durante la Guerra, complicado.
La irreparabilidad de los actos
Tsugumasa Nango dice en un librito que tengo en casa, y que se llama Budo no riron, o La Teoría del Budo, algo así como que si tenemos una pelea y perdemos un ojo, no nos valdrá de nada pensar que con la lección aprendida, no volveremos a repetir el error cometido, porque el ojo una vez perdido no se recupera jamás.
Si pensamos con la seriedad debida en la irreparabilidad de nuestras acciones, y nos hacemos responsables de ellas, procuraremos no ponernos en la situación de poder perder el ojo, o la vida, o también el ojo o la vida de otros. Esa es la diferencia esencial entre el deporte basado en el Karate y el Budo Karate. La irreparabilidad de los actos propios o del adversario, ya que no va a haber un árbitro que pare el combate y nos proteja, ni vamos a poder intentar no cometer el error la próxima vez, el próximo Shiai. En el Karate Budo nuestros actos tienen consecuencias que pueden ser letales, y de la misma forma los errores que podamos cometer no tienen posibilidad de reparación . Es por esa razón que el Karate no es un arte de agresión, sino de defensa, aunque no pasivo como malentienden algunos.
Por ello, en el Budo Karate no hay saltitos, ni movimientos continuos, excesivos, y no dominados, lo que hay es un completo dominio de la distancia que nos separa del adversario, el ritmo con el que actúa este, y la lectura de sus intenciones y determinación.
Las premisas del budo
Pensando en las consecuencias, el primer enfrentamiento se produce siempre a nivel mental, se observa la determinación del adversario, su fortaleza mental, su capacidad física de hacernos daño, también el entorno, si hay más de un participante, que amenaza representan los demás, y que posibilidades tenemos de adaptarnos al entorno y las circunstancias para que obren a nuestro favor.
La primera premisa es la observación. El captar toda la información posible de aquello que nos rodea y de nuestro adversario, sus capacidades, determinación, y actitud.
La segunda premisa es la de nuestra orientación. Ubicarnos respecto a nuestro adversario, la distancia que nos separa de él, el entorno que nos rodea, posibles vías de escape si decidimos huir, acto seguido evaluamos todas esas circunstancias y vamos directos hacia la tercera premisa.
La tercera premisa es la decisión. En Karate llamamos a esa decisión: Kime, y ello tiene muchas implicaciones de carácter psicológico y también físico, puesto que la última etapa del ciclo es la Acción.
Así es que la observación y la orientación nos dan todos los datos que necesitamos para que sean evaluados y tomar una decisión con respecto a qué técnica o táctica hemos de emplear a través de nuestro siguiente paso que es la Acción a desarrollar.Apoya a Mokuso
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