Hola, buenos días! Mi nombre es Lucio Martínez, soy Profesor y Director del DeRose Method Callao. Siempre me gustó moverme y hacerlo fue y es parte de mi camino de autoconocimiento. Son muchos los elementos que intervienen en el desarrollo de una vida plena. Entre ellos está la genética y muchos otros factores fuera de nuestro alcance. Pero para mí lo más interesante es que hay muchos que dependen en gran parte de nosotros, como por ejemplo la alimentación, el descanso, las relaciones humanas, los movimientos, entre tantos otros. Hoy, voy a centrarme en hablarles sobre el uso del nuestro cuerpo.
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La vida en su naturaleza
La naturaleza, en su sabiduría, nos diseñó para movernos y subsistir en un medio de incertidumbre y escasez. Durante miles de años nuestros cuerpos fueron un medio para transportarnos, cazar, recolectar, defendernos, socializar, etc.
Caminábamos una media de 18 a 20 km por día, más allá de utilizar fuerza para distintas tareas como trepar, nadar, recolectar, cazar, jugar, construir etc.
Hoy ya no necesitamos ese esfuerzo físico para sobrevivir en un medio salvaje. Pero la biología evoluciona muy lentamente a diferencia de la cultura que es dinámica y cambiante. La biología necesita miles de años para hacer pequeños cambios, tanto es así que compartimos en gran parte la misma biología que los habitantes de las cavernas, según el libro Homo imperfectus de María Martini Torres, paleoantropóloga española y médica dedicada a estudiar a nuestros ancestros.
Solo que hemos cambiado drásticamente nuestro entorno, y esto trae sus consecuencias.
Las tecnologías que desarrollamos para estar más cómodos nos hacen más débiles en algunos aspectos. Las mismas herramientas que nos dan más control sobre la naturaleza nos hacen perder control sobre nuestro propio cuerpo. Ahora nos sentimos a gusto únicamente en un estrecho rango térmico y ni hablar de subir escaleras.
La comodidad y los desafíos
Nuestra biología no está adaptada a vivir en un estado constante de abundancia y comodidad, requiere ciertos desafíos para prosperar.
Hoy no se trata de estar incómodos, sino de aumentar nuestra tolerancia a las pequeñas adversidades de la vida, evitando que la tecnología atrofie nuestra anatomía. La forma de lograrlo es a través de ciertos cambios de hábitos, estimulando la hormesis de nuestro organismo.
Para graficar un poco les comparto dos ejemplos, conocen la historia de Milón de Crotona: un atleta griego del siglo VI a.C. campeón de seis juegos Olímpicos…
Cuenta la historia que en su entrenamiento diario levantó un ternero hasta que se convirtió en toro, no solo aumentaba el peso del ternero con el tiempo, sino que también la fuerza de Milón. (principio de la progresión se llamó este sistema de entrenar)
O los sirvientes que probaban la comida de los reyes por si estaba envenenada. Estos pasaban por un entrenamiento previo consumiendo pequeñas dosis de veneno para fortalecer el sistema y no morir durante su trabajo.
En la actualidad, mensurar en días, tiempo, peso u objetivos nos ayuda a mantener la motivación que se necesita para alcanzarlos. En su Tratado, el Profesor DeRose propone autosuperarse a través de extender la permanencia en técnicas corporales desafiantes a razón de un segundo por día.
El uso del cuerpo
Sabemos que hacer uso del cuerpo mejora nuestra salud en general, es un tónico natural que promueve una vida más plena y longeva.
En nuestros primeros años desarrollamos una increíble capacidad de movimiento. Nacemos con plena flexibilidad y rangos de movimiento completos. Pronto perfeccionamos el control motor, añadiendo estabilidad y coordinación. Nuestro primer logro es soportar el peso de la cabeza. De ahí pasamos a rodar, arrastrarnos, gatear, ponernos en posición de sentadilla, saltar, correr, etc.
El movimiento es completo, libre, y creativo. Nos movemos porque nos gusta, porque es una expresión natural, humana y de cualquier animal. Es también posiblemente una de las formas de comunicación más antiguas. Imaginemos a nuestros ancestros alrededor del fuego contando historias con sus movimientos.
Pero este proceso de autodescubrimiento se trunca a los pocos años de vida, cuando se acentúa otro proceso, el de ‘domesticación’.
El movimiento libre y creativo es reemplazado por el repentino adoctrinamiento corporal del estarse quieto mucho tiempo y la reducción abrupta de los 90 grados al comenzar nuestra etapa educativa. Esta no finaliza al final de la etapa primaria y secundaria, sigue en la universidad y en la gran mayoría de los trabajos modernos. Nuestros cuerpos van perdiendo la memoria y reduciendo sus movimientos a lo justo y necesario para cumplir tareas laborales. Y además en nuestros hogares nos pasamos viendo series y redes durante mucho tiempo más en estas posiciones
El sistema no se preocupa por el individuo, sino por la productividad y el rendimiento, como escribe Byun Chul Han en su libro “La sociedad del cansancio”, aunque sea a costa de la salud de quien trabaja. Y el gran problema es que nuestros genes están pensados para un mundo que ya no existe.
No estoy romantizando la vida de nuestros ancestros ni haciendo un juicio de valor. Prefiero enfrentarme a los problemas actuales que a una serpiente o un león o a las inclemencias de la naturaleza. Pero sí es interesante ver cómo podemos tener lo mejor de los dos mundos, por un lado, el confort y tecnología sumada a nuestra potencia biológica.
Incorporar el hábito
Cuando los alumnos comienzan en el DeRose Method ven que el cambio está en hacer algo fácil y sostenerlo el tiempo necesario para que sea un hábito.
Es solo tomar conciencia y decidir incorporar más movimiento a nuestro día a día, no hace falta una elaborada planificación para comenzar a cambiar, si tenemos largas horas laborales en posición sentada, por ejemplo, podemos desarrollar el hábito de pararnos y caminar al menos unos minutos después de cierto tiempo de estar sentados, o subir y bajar escaleras(de a dos escalones), también es una buena idea trabajar en posición parada (ya se venden escritorios para esto), o realizar al menos algunos movimientos en la silla, de torsión, lateroflexión, anteflexión, estimulando el movimiento vertebral y la musculatura en general. Y si trabajamos en posición parada, hacer algunos ejercicios de flexibilidad y si se puede hacer estos ejercicios en posición sentada.
Otro hábito interesante es movernos más en bicicleta, patines o caminando como medio de transporte. Al salir de nuestros trabajos, hacer alguna actividad física antes de volver a nuestros hogares como deportes, danza, karate, caminatas largas, etc. es una buena idea.
Cerrando nuestra charla, los invito a una última reflexión: ¿pensaron alguna vez que tenemos toda una información ancestral a nuestra disposición?, despertarla es una ventaja para potenciar nuestras vidas, sacando el mejor provecho de la vitalidad que produce. ¿Cuánto más podrían hacer y con qué calidad disponiendo de esa energía?
Los sistemas que creamos no se preocupan por el individuo, somos nosotros quienes debemos tomar cartas en el asunto, protegiendo nuestros espacios personales para mejorar nuestra vida.
Todo gran viaje comienza por el primer paso, como decía Lao tsu. O como dice el profesor DeRose, “Cambie el mundo, comience por usted”
Gracias!!!
Autor: Lucio Martínez (5º Dan Shotokan, Director DeRose Method Argentina)
Lucio Martínez estará en el 3º Dojo Abierto (12 de agosto en la Ciudad de Buenos Aires) dictando técnicas de meditación y respiración.
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