Originalmente denominada como meditación metta, la meditación de la bondad amorosa es otra variante de la práctica tradicional budista, utilizada para cultivar la bondad hacia todos los seres, incluyendo a uno mismo, los seres queridos, la comunidad, la Tierra y sus componentes.
En pali, un idioma que está estrechamente relacionado con el sánscrito y que se habla en el norte de la India, «metta» significa energía positiva y bondad hacia los demás.
Esta meditación se ha propagado rápidamente en la cultura occidental, en la que grupos y entidades la adoptaron como práctica esencial para la modificación de hábitos y emociones negativas hacia gestos y sentimientos nobles.
Entre quienes la practican y difunden, se destaca esta clase de meditación por su efectividad para mostrar cambios positivos evidentes, aunque -como toda práctica- requiere disciplina, compromiso y constancia. Los beneficios suelen ser sutiles y graduales.
Cabe mencionar que la meditación en todas sus variantes debe ser adoptada con una mentalidad contraintuitiva o paradójica. Esto puede demandar un proceso interno y personal de entendimiento porque implica hacer la práctica de la meditación con entrega total en el momento de realizarla, pero sin apegarse al resultado ni esperar beneficios palpables instantáneos o inmediatos.
En ese sentido, es recomendable practicar meditación estableciendo una “intención” de mejora, que denota un desapego, sin exigencia de resultados; diferente al “propósito”, que implica intrínsicamente la necesidad de obtener un objetivo concreto.
Aquí proporcionamos un ejemplo de la meditación de la bondad amorosa. Se recomienda escucharla a diario, de uno a tres meses. No obstante, se puede continuar más allá de ese período si así se desea.
Autor: Alejandro Garay
Apoya a Mokuso
Si te gusta lo que hacemos, ayúdanos a seguir haciéndolo. Contamos con vos para difundir y apoyar los valores y la filosofía del karate, el zen, la cultura japonesa y su arte..