Descubre cómo Dojo Abierto unió a karatecas de Madrid y Buenos Aires en un evento histórico de conexión, aprendizaje y renovación. La esencia de Mokuso.
Junio ha sido, sin duda, un mes extraordinario para Mokuso y para todos quienes compartimos la profunda convicción de que el karate es un camino que conecta, escucha y se transforma constantemente. Este año, tuvimos el inmenso privilegio de materializar, por primera vez en nuestra historia, dos ediciones de Dojo Abierto en un mismo mes y en dos continentes distintos: primero en la vibrante Madrid y luego en nuestra querida Buenos Aires. Con estas jornadas, sumamos ya la 8.ª edición de un proyecto que nació con una idea tan sencilla como poderosa: reunirnos para compartir, no para competir.
Dojo Abierto: la esencia de la conexión en el karate
Dojo Abierto es la esencia de la propuesta de Mokuso Revista: tender puentes. Y cuando hablamos de «puentes», no nos referimos a abstracciones. Hablamos de conexiones tangibles que se construyen entre estilos diversos, entre distintas generaciones de practicantes, entre dojos con trayectorias únicas y entre individuos que, más allá de sus diferencias, comparten una misma pasión y búsqueda. Es en esos cruces donde el karate recupera su vitalidad.
Madrid: un testimonio de colaboración y generosidad
La edición de Madrid fue un testimonio de colaboración y generosidad. Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a Luis Rodríguez y Luis Vázquez, cuya proactividad y entusiasmo no solo abrieron las puertas, sino que impulsaron cada detalle para que este encuentro fuera una realidad. Su compromiso fue ejemplar. También extendemos nuestra gratitud al Sensei Ricardo Camani y a José Ramón Herreros, dos referentes cuya presencia y afecto fue fundamental para crear un espacio amable y profundamente enriquecedor.
Buenos Aires: el corazón del encuentro y nuevas alianzas
Semanas después, con el espíritu de Madrid aún latiendo en el cuerpo y la mente, pasamos del calor extremo de España al frío de Argentina en el Dojo Abierto Buenos Aires. Allí tuvimos el honor de descubrir y colaborar con un maestro extraordinario, el Sensei Gerardo Pimentel, una persona que les recomiendo visitar en Rosario, no solo por lo que sabe sino también por su calidez y calidad humana. Junto a él, y siendo también pilares fundamentales del evento, estuvieron Lucio Martínez y Daniel Gutraich. La valiosa colaboración de Gabriel Bacalor en Buenos Aires y de Gonzalo Casals en Madrid también fue esencial para que todo fluyera con la armonía y la excelencia que buscábamos.
La humildad del maestro: aprender en el rol de «cinturón blanco»
Uno de los aspectos más hermosos y reveladores de cada encuentro es observar cómo maestros experimentados, con décadas de recorrido y un profundo conocimiento, participan con una actitud verdaderamente ejemplar. Con una combinación de maestría y humildad genuina, se colocan en el rol de «cinturón blanco», dejando el lugar de «cinturón negro» a quien le corresponde en ese momento. Esa disposición a aprender, a probar nuevas perspectivas y a escuchar activamente, habla más que mil palabras y es el verdadero espíritu del Dō. Luego, cada uno regresa a su dojo, retomando su rol de guía, pero enriquecido y renovado por la experiencia compartida.
Gracias a cada practicante: el verdadero espíritu del Dojo Abierto
Lo más importante, sin embargo, no reside solo en los nombres de quienes lideran o apoyan. Está en cada karateca que se suma a estas jornadas cada año y hace posible esta magia. En quienes se toman un tren, un colectivo o incluso viajaron kilómetros para venir desde lejos, en quienes se animan a compartir un espacio con la humildad de quien sabe que siempre hay algo más que aprender, y en quienes llegan con la intención de aprender y, sin darse cuenta, terminan enseñando lecciones invaluables. A cada uno y una de ustedes: gracias de corazón.
Mokuso: un compromiso con la renovación y el propósito
Desde Mokuso, reafirmamos nuestro compromiso de seguir construyendo este camino. Porque creemos firmemente que vale la pena. Porque lo necesitamos en un mundo que a menudo nos empuja a la fragmentación. Porque sentimos que, cuando nos reunimos con respeto, con curiosidad y con una mente abierta, el karate no solo se renueva, sino que recupera su vitalidad y su propósito más profundo.
Nos vemos en el próximo Dojo Abierto, con el espíritu listo para seguir aprendiendo y compartiendo.
Ariel Garofalo
Director de Mokuso
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