A 36 años del recordado Torneo de los campeones de 1985 en el que Sensei Pedro Fattore se coronó como campeón de todas las artes marciales, su alumno y amigo Francisco Hermoso hace una pintura de aquel suceso.
Cuando en aquel día retornaba a casa, volví a sentir los momentos especiales que habíamos vivido en el Torneo de los Campeones.
Luego de la insistencia del Sensei Oscar Higa, Pedro había aceptado participar en el Torneo de los Campeones con un poco de desgano. Y así, casi sin entrenamiento, subió a combatir contra los mejores de nuestras Artes Marciales.
Este hombre se transformaba cuando la lucha se iniciaba, mostrando un timing envidiable. Si sincronizaba sus movimientos con los de su adversario, ya sabía cuándo atacar en forma letal. Era natural en él.
Fue así como el “viejito” (como lo llamó alguien de la “popu” ese día al reconocer que era bueno) dio muestras de una superioridad absoluta. Sus golpes no dejaban dudas: mano del árbitro señalándolo más cuatro banderas levantadas, en combates cortos.
Por eso sentí lo hermoso que era tener un maestro, tan querible por el trato que demostraba en lo que enseñaba, y que a la vez era el mejor Samurai argentino. No teníamos un héroe de cuadrito; era real: de carne y hueso.
Ese gran Campeón: Pedro Fattore era mi Maestro. ¡Qué orgullo sentí!
Autor: Francisco Hermoso
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